Es difícil saber los factores que juegan a favor y en contra en la gala de los Oscar. Sin novedad en el frente es la película mejor. La más completa desde todos los ángulos. Y a la vez la más desgarradora y brutal. El relato de la guerra que alumbró el horror de las trincheras. La crónica de la I Guerra Mundial, una mira profética sobre la inevitable II Guerra Mundial. Y una llamada al horror que vive Ucrania bajo la invasión desatada por Vladimir Putin.

Basada en la obra de Erich Maria Remarque (Osnabrück, 22 de junio de 1898 – Locarno, 25 de septiembre de 1970). El seudónimo del escritor alemán Erich Paul Remark, autor alemán de posguerra que contó los horrores de la I Guerra Mundial.

Erich Maria Remarque participó en la I Guerra Mundial. Se basó en sus propias vivencias para escribir su máxima obra literaria. Sin novedad en el frente (1929) es su historia real en la que describe con implacable claridad y cálida compasión el sufrimiento provocado por la guerra.

Cuando Paul Bäumer y sus tres amigos acuden a alistarse para luchar en el ejército de Alemania durante la I Guerra Mundial escuchan una charla en la que el director de la escuela les asegura que están ante un momento histórico. Y les promete que en apenas unas pocas semanas estarán marchando sobre París, a lo que los jóvenes responden con gritos de emoción.

Esa es una de las escenas iniciales de la película Sin novedad en el frente (All Quiet on the Western Front). Sin embargo, a pesar de todo su entusiasmo por ir a la guerra, ni Bäumer ni sus amigos llegan nunca a marchar sobre París, pues quedan atrapados en las trincheras del llamado frente occidental, como millones de otros soldados de los ejércitos que combatieron en el conflicto.

La guerra de trincheras fue una trágica característica de la también llamada Gran Guerra, en la que se enfrentaron las fuerzas de Alemania, el imperio Austrohúngaro y el imperio Otomano contra Francia, Reino Unido, Rusia, Italia, Japón y, posteriormente, Estados Unidos.