Las bebidas azucaradas se asocian con un mayor riesgo de depresión en los adultos, mientras que el consumo de café está relacionado con riesgo menor. Así lo ha confirmado un estudio que se dio a conocer el pasado martes y que se presentará en la 65ª reunión anual de la Academia Americana de Neurología que se celebrará en San Diego en Estados Unidos, del 16 al 23 de marzo.

El autor del estudio Honglei Chen, de los Institutos Nacionales de Salud en Research Triangle Park, en Carolina del Norte en Estados Unidos y miembro de la Academia Americana de Neurología, ha explicado que “las bebidas azucaradas, el café y el té se consumen en todo el mundo y pueden tener importantes consecuencias en la salud mental”.

El estudio incluyó a 263.925 personas de 50 a 71 años cuyo consumo de té, café y ponche de frutas se evaluó de 1995 a 1996. Diez años más tarde, los científicos preguntaron a los participantes si habían sido diagnosticados con depresión desde el año 200 y se registraron un total de 11.311 personas.

Las personas que bebían más de cuatro latas o vasos de refrescos por día eran un 30% más propensos a desarrollar depresión que los que no bebían refrescos, mientras que los que ingerían cuatro latas de jugo de frutas por día eran un 38% más propensos a desarrollar depresión que los que no bebían refrescos azucarados.

“Nuestra investigación sugiere que recortar o el consumo de bebidas endulzadas en la dieta o su sustitución por el café sin azúcar, naturalmente, puede ayudar a reducir el riesgo de depresión”, ha señalado. El estudio concluye que las personas que consumían cuatro tazas de café al día tenían un 10% menos a desarrollar depresión que aquellos que lo tomaban.