Los peores disturbios raciales en Estados Unidos desde el asesinato de Luther King. Llegaron además a las puertas de la Casa Blanca.
George Floyd y el policía Chauvin compartían el oficio de guarda nocturno. La denuncia por un billete de 20 dólares supuestamente falso precipitó todo. Toque de queda en las grandes ciudades de Estados Unidos para controlar la violencia callejera. Varios estados despliegan fuerzas militares ante manifestaciones masivas, seguidas de destrozos y enfrentamientos.
El presidente Donald Trump, por su parte, desafía a los manifestantes, acusa de la violencia que recorre el país a la “extrema izquierda” y ataca al Partido Demócrata. Alerta del Partido Republicano ante un mandato presidencial enfangado en crisis muy graves.
Trump anticipó en las redes sociales que tiene la intención de designar como organización terrorista al movimiento Antifa (Acción Antifascista, Anti-Fascist Action). Les acusa de liderar la violencia en las protestas que se suceden por todo el país en protesta por la muerte de George Floyd.
Más de de treinta grandes áreas metropolitanas -entre ellas Nueva York, Los Ángeles, Chicago, Cleveland, Miami, Dallas y Washington DC-, escenario de disturbios y enfrentamientos entre manifestantes y policías. Incluso varias ciudades europeas han sido escenario de multitudinarias protestas.
"La memoria de George Floyd es deshonrada por alborotadores, saqueadores y anarquistas. La violencia y el vandalismo son liderados por la Antifa (movimiento antifascista) y otros grupos radicales de izquierda que aterrorizan a gente inocentes, destruyendo empleos, dañando negocios y quemando edificios”, el mensaje en los hilos de Donald Trump en Twitter.
El grito de rabia de Kareem Abdul-Jabbar
Por su parte el exjugador de baloncesto Kareem Abdul-Jabbar ha denunciado el racismo "institucional" presente en la sociedad estadounidense, "más mortal que la COVID-19", después del asesinato del ciudadano de raza negra George Floyd a manos de un policía de Mineápolis, y ha asegurado que los afroamericanos están "al límite" porque han vivido durante muchos años "en un edificio en llamas".
"Tal vez la principal preocupación de la comunidad negra en este momento no sea si los manifestantes están parados a tres o seis pies de distancia o si algunas almas desesperadas roban algunas camisetas o incluso incendian una comisaría, sino si sus hijos, maridos y mujeres, hermanos y padres serán asesinados por policías solo por salir a caminar o conducir. O si ser negro significa refugiarse en casa por el resto de sus vidas porque el virus del racismo que infecta al país es más mortal que la COVID-19", declaró en un artículo de opinión en Los Angeles Times.
El expívot estadounidense, de 73 años, llamó a reflexionar sobre el vídeo de la muerte de George Floyd. "Si eres blanco, probablemente murmuraste un horrorizado 'oh, Dios mío', mientras sacudías la cabeza ante la cruel injusticia. Si eres negro, probablemente te levantaste de un salto, maldiciendo y gritando '¡otra vez!'", manifestó.
"Esos policías de Mineápolis afirmaron que Floyd se resistía a la detención, pero el vídeo de una tienda mostró que no era así. El policía que pisaba el cuello de Floyd no era un estereotipo de un sureño enfurecido, sino un oficial que parecía tranquilo, con derecho y sin piedad: encarnaba la banalidad del mal", apuntó el exjugador de Los Angeles Lakers y Milwaukee Bucks.
"¿Qué ves cuando ves a manifestantes negros enfadados que se acumulan fuera de las comisarías de policía con los puños en alto? Si eres blanco, puedes estar pensando 'no cumplen el distanciamiento'. Luego ves caras negras saqueando tiendas o una comisaría en llamas y piensas 'eso daña su causa'. No estás equivocado, pero tampoco estás en lo correcto", indicó.
Así, recordó que la comunidad negra "está acostumbrada al racismo institucional inherente a la educación, el sistema judicial y el empleo". "Y a pesar de que hacemos de todo para aumentar la conciencia pública y política, apenas cambia. La COVID-19 ha agudizado las consecuencias, ya que morimos a un ritmo significativamente más alto que los blancos, somos los primeros en perder nuestros trabajos y observamos impotentes cómo los republicanos intentan evitar que votemos", enumeró.
"Parece que se ha abierto la temporada de caza de negros (…) Sí, las protestas a menudo se usan como una excusa para que algunos se aprovechen. No quiero ver tiendas saqueadas ni edificios incendiados. Pero los afroamericanos han estado viviendo en un edificio en llamas durante muchos años, ahogándose con el humo a medida que las llamas ardían cada vez más cerca. El racismo en Estados Unidos es como el polvo en el aire. Parece invisible, incluso si te estás asfixiando, hasta que dejas entrar el sol. Entonces ves que está en todas partes. Mientras dejemos entrar la luz, tendremos la posibilidad de limpiarlo. Pero tenemos que estar atentos, porque siempre está en el aire", advirtió.
"Lo que deberías ver cuando ves a los manifestantes negros en la era de Trump y el coronavirus es a personas empujadas al límite, no porque quieran bares y salones de belleza, sino porque quieren vivir, respirar (…) Quieren silenciar nuestra voz, robarnos el aliento. Lo que quiero ver no es el camino hacia el juicio, sino una carrera hacia la justicia", concluyó.