Pongámonos en que la Convención del Partido Popular de este fin de semana en Barcelona fue una respuesta positiva de tener mayor visibilidad en Cataluña y no el eje central del plan que anunció Mariano Rajoy a Gloria Lomana en Antena 3.
"Que quede claro, ni se celebrará ese referéndum que algunos pretenden, ni se fragmentará España" fueron las palabras del presidente del Gobierno y líder del Partido Popular en un acto al que acudió con la plana mayor de sus colaboradores más próximos. Estuvieron la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría: y tres ministros; Cristóbal Montoro (Hacienda), Jorge Fernández (Interior) y José Manuel Soria (Industria); así como de la presidenta del Partido Popular de Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho, y del vicesecretario de Organización y Electoral del Partido Popular, Carlos Floriano.
Rajoy acertó lógicamente en estar en Barcelona y subrayar estos mensajes. Pero debió de hacerlo antes y no ahora porque muestra que va a remolque de los partidos soberanistas. ¿Cuáles son los mensajes que se esperan? Hasta ahora sólo José Manuel García Margallo, el ministro de Exteriores, tocó la tecla sensible de que una Cataluña independiente hará a los catalanes un 25% más pobres.
María Dolores de Cospedal, número dos del partido, mostró dureza con su discurso de los machetazos. que destacó Hechos de Hoy. Pero hasta ahora no se habló en profundidad de sentimientos, en lo que es una crisis emocional, ni tampoco de una mesa de diálogo, de construir un gran acuerdo, de sueños de futuro.
El viaje de Rajoy fue necesario. Pero ¿cuáles son sus mensajes y objetivos? Si busca fortalecer al Partido Popular de Cataluña parecen esfuerzos muy tardíos. Si se insiste en la dureza y no se abre un marco de diálogo, tampoco se estará acertando en buscar la salida a un conflicto que no se puede ignorar y mucho menos marginar.
