Sólo una tremenda sorpresa en el Parlamento Europeo podría dar un vuelco al acuerdo en la Unión Europea para entregar el timón de la Comisión Europea a Jean-Claude Juncker. El miércoles 16 de julio es la votación. Conservadores, socialistas y liberales anunciaron su apoyo al exprimer ministro de Luxemburgo y expresidente del Eurogrupo. En principio tendrá los 376 votos que necesita para ser elegido.
Los nuevos tiempos son agitados. Por primera vez no hubo unanimidad en la Unión Europea para designar a Jean-Caude Juncker como presidente de la Comisión Europea. El Reino Unido y Hungría votaron en contra. La campaña sucia de David Cameron suscitó al final más apoyos que rechazos. Obligó a una votación y la perdió. Herman Van Rompuy lo anunció en su cuenta de Twitter. David Cameon en la red de microblogs se despachó. “He dicho a los líderes europeos que vivirán para arrepentirse del nuevo proceso elegido para elegir al presidente de la Comisión", escribió. Al final sólo contó con el apoyo del primer ministro de Hungría, Viktor Orbán.
Con la luz verde del Parlamento Europeo la próxima cumbre europea abordará en tres semanas nombramientos también importantes. Procederá a elegir a la presidencia del Consejo Europeo, la cartera de Política Exterior en la Comisión Europea y la presidencia permanente del Eurogrupo. Se visualizará entonces la nueva Administración de la Unión Europea con comisarios ya designados.
En las maniobras políticas de esta cumbre europea se pudo visualizar el papel activo de Matteo Renzi y el plantón final de Holanda y Suecia al Reino Unido. Para Angela Merkel no fue un drama que se rompiera el consenso. Quedan todavía batallas muy importantes pero se impuso la lógica del candidato más votado.
Jean-Claude Juncker ya sabe la animosidad contra su futura gestión de David Camerón, derrotado de forma estrepitosa en los comicios al Parlamento Europeo, y aislado al final con el único apoyo de Hungría. La impresión de analistas en Bruselas, tras la muy dura pelea de las últimas semanas, como se apuntó a Hechos de Hoy, a un gobierno europeo más reflexivo y menos dogmático, con más perfil político y una agenda centrada en buscar vías para salir del atolladero de expectativas tímidas de crecimiento, que son vitales para crear empleo y liderazgo político y moral.