El hijo de Carmina Ordóñez narró en Sálvame Deluxe -como reflejó Hechos de Hoy– la forma en que llegó a tocar fondo después de ayudar a amigos y también a gente necesitada a la que no conocía. Comenzó al ralentí, entre sollozos, ante el respeto de Jorge Javier Vázquez que no le apremió en ningún momento. Poco a poco las palabras, las frases salían con algo más de fluidez.
El hermano de Francisco y Cayetano Rivera logró lo que muy pocos invitados al Deluxe, que el programa de Telecinco se desarrollara con enorme respeto y silencio. Julián, que siempre se ha expresado de forma exquisita, contó -primero entre sollozos y poco a poco más tranquilo- cómo abrió un restaurante que iba muy bien hasta que lo tuvo que cerrar hace tres semanas por no poder hacer ya frente a los gastos, en especial a las nóminas de sus empleados.
Según contó, en las últimas semanas se ha enfrentado también primero al corte de agua, luz y gas en su casa y después a un desahucio. El hijo de Carmina había prestado dinero a amigos y extraños que se encontraban en situaciones extremas, no se lo pudieron devolver, y ahora el que ha tocado fondo es él.
A este problema hay que sumarle sus problemas de salud. Julián, diez años después de la trágica muerte de Carmina, no ha superado todavía la pérdida de su madre. Necesita mucha medicación, y lo peor, es la misma que tomaba la mujer de Paquirri y de Julián Contreras padre. Cada noche el mismo ritual de pastillas de su madre. Una situación terrible y que le deprime cada día más.
Julián ha intentado llevar una doble vida para disimular su situación incluso ante su padre y sus hermanos. Mila Ximénez, que pasó por una situación muy similar hace unos años, intentó -muy emocionada- transmitirle su comprensión y su empatía. También se sobrecogió Kiko Matamoros, íntimo amigo de Carmina y que ejerció de casi de padre de Julián cuando era pequeño, al escuchar que éste llegó incluso a pensar en el suicidio.
Kiko contó que Julián le llamó para pedirle que hiciera una inversión en su negocio pero que desgraciadamente no se dio cuenta que esa llamada era un grito de socorro. Y le dijo que no le interesaba. Tras fundirse en un tremendo abrazo con Julián, y cubrirle de besos y de te quieros, le aseguró que se quitaría el pan de su boca para dárselo a Julián si fuera necesario.
Julián pidió, antes de abandonar el plató, que no se malinterpretara su visita al programa. Qué esa era su mayor preocupación… además de la reacción que le esperaba de su padre y de sus hermanos por haber contado sus problemas ante las cámaras de Telecinco.