El martes pasado la ficción Entrevías concluyó con gran éxito su primera temporada enTelecinco, ocho emisiones, que le permitieron liderar cada semana en el prime time. Muy al contrario de lo que se hace habitualmente, la serie protagonizada por Jose Coronado engancha directamente este martes con los capítulos de su segunda etapa.
Entrevías, en peligro con la llegada de Guillermo Salgado
Salgado, interpretado por Jordi Sánchez, es un hombre de negocios con mucho don de gentes y pocos escrúpulos que dirige un importante fondo de inversiones y llega a Entrevías con un ambicioso proyecto: adquirir inmuebles, desalojarlos y levantar nuevas construcciones.
Viendo que peligran los locales de siempre como el bar de Pepe o su propia ferretería y que las viviendas de sus vecinos están en riesgo, Tirso (Jose Coronado) se opondrá frontalmente al plan de Salgado. Por si fuera poco, este ha empezado a ejecutarlo a través de la inmobiliaria de su hija Jimena (María Molins).
Sin embargo, Salgado no es alguien que acepte un no por respuesta y empieza a demostrar que sus métodos para conseguir lo que persigue pueden ser mucho más oscuros y expeditivos de lo que cabría esperar de un honrado hombre de negocios.
Las claves de la nueva temporada
Desde que Irene (Nona Sobo) se fue del barrio hace casi dos meses y Santi se hizo cargo de la ferretería, la vida de Tirso es triste y solitaria. No asume su jubilación y se dedica a buscar motivos para sentirse útil y vivo. Por eso se mete en problemas con los pandilleros que se han hecho con el control del barrio, cuyos cabecillas no son otros que Nelson (Felipe Londoño) y Nata (María de Nati).
Con Sandro bajo tierra e Irene lejos de allí, los dos jóvenes se han hecho uña y carne y sueñan con ocupar el trono de Entrevías, sumido ahora en una guerra de bandas.
Por si fuera poco, aparece en escena Guillermo Salgado con su idea de destruir todo lo que el barrio representa para Tirso, dándole un motivo más para salir de casa y emprender una nueva cruzada personal.
Con ese panorama, solo Gladys (Laura Ramos), por la que parece sentir algo más que amistad, podría hacerle mirar hacia otro lado y disfrutar un poco de la vida, pero Ezequiel (Luis Zahera) sale de la cárcel dispuesto a conquistarla y se interpone entre ellos.
Y de pronto, sin que Tirso se lo espere, Irene llama a su puerta. No es feliz con su madre y quiere volver a vivir con su abuelo. Él le abre los brazos y las puertas de su casa de par en par, sin saber que la verdadera razón de la joven para volver a Entrevías es un secreto que revolucionará para siempre su apacible existencia.