Llegó el primer descarte doloroso para un sector del Partido Republicano. Lo único cierto por el momento es que no habrá después de George Bush (padre) y George W. Bush (hijo) un tercer capítulo de la saga en la Casa Blanca (ver en Hechos de Hoy, Donald Trump busca el primer golpe de las primarias en Carolina del Sur).
Abanderado de la moderación y buen tono, gestor acreditado como mostró en Florida, y amigo de los hispanos. Jeb Bush anunció con tristeza, con lágrimas contenidas, el final de su ambición política y el sueño de su clan. Retirada definitiva en Carolina el Sur donde buscaba un nuevo arranque de su campaña. No llegó.
En Columbia, capital de Carolina del Sur, pidió "honor y decencia" como último mensaje al Partido Republicano. Derrotado en en Iowa y New Hampshire, el KO llegó en el tercer asalto. En poco más de siete meses el panorama cambió de forma drástica en la campaña electoral en Estados Unidos. Con Jeb Bush como favorito, se auguraba una lucha dinástica frente a Hillary Clinton, con el duelo de los Bush frente a Bill Clinton.
Simplemente quien cambio todo fue el magnate Donald Trump, que habria que calificarlo más certeramente de showman del prime time, y de látigo populista contra el establishment (republicano y demócrata).La retirada de Jeb Bush mostró en Estados Unidos que el dinero no es el principal activo en unas primarias (aunque tiene obviamente su peso). Y que movilizar a todos los activos dinásticos (su hermano George W, y su madre Bárbara) tampoco es factor definitivo.
La pregunta inmediata no es retórica. ¿Qué papel para los moderados y los hispanos que confiaban en Jeb?
Fue una derrota dolorosa a sus 63 años al quedar cuarto, con menos del 8% de los votos. Punto final primero para una familia que ocupó durante doce años la Casa Blanca. Deja ciertamente un vacío de orfandad política para quienes veían en él a un modelo político de moderación, de gestor sensato y eficaz (Florida 1999-2007) y sobre todo de amigo de los hispanos, la importante y decisiva comunidad en Estados Unidos.
Sale de la carrera política quien por su perfil pudo haber sido una persona clave con un pie en el mundo de los anglosajones y otro en la comunidad de los hispanos que crece para ser la mayor de Estados Unidos. Lincoln Diaz-Balart, representante republicano por Florida en el Congreso durante 18 años, sentenció el punto al que se llegó. "Es el momento de unir el partido para lograr que el candidato no sea Donald Trump y para ganar las elecciones en noviembre", sentenció.
