Charlie Watts y Jean-Paul Belmondo, dos figuras legendarias de un mundo que fue brillante, aventurero y fascinó. Pero que se fue y se apagó. Las luces dejaron de brillar.
La muerte de Charlie Watts
Charlie Watts, mítico batería de los Rolling Stones, falleció a la edad de 80 años. Un comunicado de su portavoz anunció la noticia con "gran tristeza". "Ha fallecido pacíficamente en un hospital de Londres, rodeado de su familia. Era un querido esposo, padre y abuelo y uno de los baterías más grandes de su generación".
Se incorporó a los Rolling Stones en enero de 1963 y se sumó a Mick Jagger, Keith Richards y Brian Jones. Desde entonces, Charlie Watts ha sido uno de los símbolos de la banda británica de rock, una de las más legendarias.
En los 58 años de carrera con los Rolling Stones, el batería únicamente se ha perdido una gira. Precisamente, la que debía empezar el próximo 26 de septiembre, bajo el nombre de 'No filter', en Estados Unidos. "Por una vez, me he quedado fuera de juego. Estoy trabajando duro para estar completamente en forma, pero hoy he aceptado, siguiendo el consejo de los expertos, que esto llevará un tiempo", manifestó entonces.
El batería, pese a ser una de las piezas esenciales de los Rolling Stones, tenía un estilo más reservado que el resto de los integrantes. Fue uno de sus sellos, además de su habilidad musical.
Y, detrás de su paciencia, se escondía un gran carácter. Una de las anécdotas que más recordadas ocurrió en 1984, en Amsterdam. Mick Jagger llamó, de madrugada y desde el bar del hotel, a la habitación de Watts. "¿Dónde está mi batería?", preguntó. Watts se vistió perfectamente, con parsimonia, y bajó al bar, agarrando con fuerza a Jagger. "Nunca más me llames tu batería", le respondió mientras le soltó un puñetazo.
La muerte de Jean-Paul
La leyenda del cine francés Jean-Paul Belmondo murió en su domicilio en París a la edad de 88 años. “Estaba muy cansado desde hacía algún tiempo. Se apagó tranquilamente”, precisó su abogado, Michel Godest, a la agencia France Presse.
Godest, quien con voz emocionada comunicó la noticia en el canal televisivo BFMTV, señaló que su muerte era “una pérdida para toda Francia”.
Apodado en el mundo del cine como “Bébel”, Belmondo participó en películas inolvidables como “À bout de souffle” (“Sin aliento”, “Al filo de la escapada”) de Jean-Luc Godard, o “L’homme de Rio” (“El hombre de Rio”).
Su participación en la película de Jean-Luc Godard, lo convirtió en una de las principales figuras del movimiento cultural francés conocido como la Nouvelle Vague. Se convirtió en una leyenda con más de 80 películas de muchos géneros, incluidas comedias y thrillers. Además, participó en muchas de películas a las órdenes de Vittorio de Sica o Angès Varda.
Nacido el 9 de abril de 1933 en Neuilly-sur-Seine, un suburbio acomodado de París, Belmondo se crió en una familia de artistas. Su padre de origen italiano era un reconocido escultor.
Tras algunos filmes como principiante, fue Jean-Luc Godard, el papá de la Nouvelle Vague, quien detectó su talento y le confió en 1960 el papel protagónico junto a Jean Seberg.
Su decisión de seguir una carrera en el cine comercial y de alejarse del cine-arte le generó críticas de que había desperdiciado su indiscutible talento, algo que siempre negó.
“Cuando un actor tiene éxito, la gente le da la espalda y dice que ha tomado el camino más fácil, que no quiere esforzarse ni correr riesgos”, dijo Belmondo.
“Pero si fuera tan fácil llenar los cines, entonces el mundo del cine estaría en mucho mejor estado de salud de lo que está. No creo que me hubiese mantenido en el foco durante tanto tiempo si hubiera estado haciendo cualquier basura antigua. La gente no es tan estúpida”, agregó. Belmondo trabajó con varios de los grandes directores como François Truffaut, Louis Malle o Claude Chabrol en los años 60.
Poco a poco se fue especializando en papeles de seductor y aventurero caradura, incluso de gánster, aprovechando su físico de ex boxeador y su sonrisa contagiosa-En estas películas destacó realizando sus propias escenas de acción, sin dobles, lo que realzó aún más el espíritu aventurero.
Jean-Paul Belmondo y Charlie Watts, dos luces que brillaron con intensidad y llenaron de vida y fuerza a toda una generación.