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EL DEBATE POLÍTICO

Impuestos, gastos excesivos y corrupción, dilema no resuelto por Danilo Medina

República Dominicana pide una reducción y racionalidad en el gasto y una reforma fiscal integral, que sea de cirugía mayor, por el lado del gasto y de los ingresos-impuestos.

Hechosdehoy / Eduardo J. Tejera (*)
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Cada vez va aumentando más el dilema del contribuyente entre la responsabilidad de pagar los impuestos, y sus resistencia moral y económica, de pagar todos los diferentes tributos, frente a insatisfacción creciente por la mala calidad del gasto del gobierno, la corrupción y el excesos de gastos en clientelismo político y alianzas con dinero.

Estudios indican que la carga tributaria general llega al 14 % del PIB, que vista en forma sencilla, puede parecer algo baja. Sin embargo, expertos tributarios y economistas, señalan que la carga es mucho más, si le sumamos, los costos de la seguridad social y los aportes de las empresas y del empleado a sus Fondos de Pensiones. Hay muchos impuestos y tarifas ocultas que se pagan diario. Hoy en día el contribuyente paga para todo servicio, permisos, renovación de documentos, telecomunicaciones, internet, compra de formularios, consumos y todas las gestiones con el Estado.

Lo que es peor es el limitado universo de contribuyentes. Muy pocas personas físicas o jurídicas pagan impuestos sobre la renta, sobre la propiedad o sobre el patrimonio. La enorme clase trabajadora o microempresaria informal, del 60 %, apenas paga impuestos. Otro ejemplo, los políticos, militares, iglesias, curas, empresarios grandes, agricultores, ganaderos y profesiones liberales generalmente pagan una parte de su real renta imponible.

Es algo cultural o inconformidad? Las declaraciones de la rentas de los políticos no son conocidas, son opacas y secreto de estado, y no existe la menor intención de que un Ministro, Director o candidato a un cargo público publique sus declaraciones ante la DGII, como hacen en Estados Unidos, Canadá y en países europeos.

Pare este año el total de ingresos por impuestos directos e indirectos, en el Presupuesto Nacional del 2016, asciende a RD$ 458,875 millones, sin donaciones e ingresos de capital. Pero el problema de entrada, es que el total de gastos sobrepasan los ingresos,al alcanzar RD$ 566,192 millones, que representa un déficit de RD$ 75,893 millones, o el 2.3 % del PIB. Sin embargo, en términos absolutos, el déficit subió en RD$ 2,011 millones, pero en relación con la burbuja del PIB, supuestamente baja medio punto.

El dilema para el contribuyente es cómo el Gobierno y los políticos oficiales pueden pedir y tratar de imponer más impuestos, cuando ellos gastan más de lo necesario, disfrutan el despilfarro clientelista y, para colmo no pagan remotamente sus impuestos? Cuál será el efecto negativo de la corrupción y los sobre precios de obras, sobre el ánimo del ciudadano en pagar más impuestos? Acaso quién desea pagar más impuestos para que hasta legisladores, alcaldes de pueblos, regidores y guardaespaldas tengan jepetas de US$ 125,000.00 y sueldos de lujos, más gastos y picoteos y, encima, el ciudadano tiene que pagar un peaje por cualquier servicio.

Hay, pues, una rebelión del contribuyente, para pagar más, sino existe racionalidad, calidad y transparencia en el gasto.

Las nóminas, gastos relacionados y compras del Gobierno Central consumen el 6 % del PIB y la carga tributaria es de 14 %. Si sumamos otros 3 % del PIB de pagos de intereses de la deuda pública, llegamos al 9 %. Quién al final desea pagar con impuestos esta irresponsabilidad del gasto clientelar y un aparato estatal hipertrofiado y monumental. Quién desea pagar más cuando los hospitales están en su peor momento, no hay medicamentos suficientes, las pensiones son de RD$ 5,500 mensual en promedio, la educación a pesar del 4 % sigue un desastre, los apagones eléctricos continúan, el tansporte público caro y pésimo y cuando el pueblo se siente asfixiado por las carencias.

Cómo y quiénes desean pagar más impuestos cuando el gobierno gasta RD$ 18 millones diarios en publicidad y propaganda, cuándo los funcionarios viajan constantemente y disfrutan de dietas en dólares de lujo, y para cubrir los excesos de gastos, piden más impuestos.

Cómo apoyar a subir la carga tributaria cuándo en cinco años han agregado 200,000 empleados públicos, algunos necesarios, pero la mayoría botellas clientelistas. Es un gran dilema que tiene la DGII y las agencias recaudadoras. La resistencia del contribuyente es comprensible y humana. No es que todo el mundo sea un gran evasor o mala persona. Es que los que trabajan y se esfuerzan, no desean pagar el estilo de vida, de los que no trabajan, ni generan producción ni empleos. Nadie desea pagar con su trabajo y sudor, la buena vida, los excesos y la corrupción política. Este es un grave problema.

República Dominicana pide una reducción y racionalidad en el gasto y una reforma fiscal integral, que sea de cirugía mayor, por el lado del gasto y de los ingresos-impuestos. Pero los dos lados del Presupuesto. No aceptará otro parche fiscal, para seguir el despilfarro y la francachela fiscal.

También hay que reformar el número y tasas de impuestos, leyes de incentivos, y simplificar el sistema. Ya no es solo un problema de impuestos y carga tributaria fría, es mayor, es cuestión de una reforma del Estado, sus instituciones, el nivel de nóminas,de topes de salarios y de celebrar reales licitaciones públicas de obras, para que tengan costos competitivos, no sean fuente de corrupción, — a lo todo incluido.

Aquí hay funcionarios altos y medios que ganan más que un Primer Ministro europeo y nuestros legisladores ganan más que los de USA. Los niveles de sueldos son desproporcionados y las pensiones de la élite política y burocrática. Pero lo peor es el costo y rechazo de la corrupción, la cual el contribuyente se niega pagar con impuestos.

La corrupción además de tener efectos morales perniciosos y ser acicate de la delincuencia, crea una rebelión a pagar más impuestos. Si no hay una reforma fiscal integral, sino hay racionalidad y decencia, por ambos lados, habrá descontento y rebeldía en pagar. Ese es el gran dilema del ciudadano contribuyente y de las agencias recaudadoras oficiales. Deben existir fundaciones que cada mes monitoreen las partidas de gastos del presupuesto y las publiquen. Esa sería una labor de contrapeso y equilibrio.

¿Podrán la DGII y Aduanas cobrarle los impuestos a la clase política, a sus jefes, no solo el cheque-salario, sino de su real patrimonio? ¿El Gobierno frenará la corrupción y los peajes? Como creo que no hay voluntad, de ahí viene la rebelión del contribuyente.


 (*) Eduardo J. Tejera es diplomático, economista, escritor y empresario dominicano.

– Ver en Hechos de HoyEl reto de cambiar un país machista, racista y homófobo.

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