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Filarmonica Checa. (Foto de Petra Hajská)

DOS CONCIERTOS ESPECIALES

Ibermúsica presenta lo mejor de Dvorák en el 120 aniversario de su muerte

Las obras maestras de Dvorák componen los magníficos conciertos que Ibermúsica ha programado para el 5 y 6 de marzo en el Auditorio Nacional de Madrid, con la Orquesta Filarmónica Checa bajo la dirección de Semyon Bychkov.

Hechosdehoy / O. R. Ferreiró
Las obras maestras del checo Antonín Leopold Dvorák, algunas de ellas no tan conocidas, componen los dos magníficos conciertos que Ibermúsica ha programado para el 5 y 6 de marzo a las 19:30 en el Auditorio Nacional de Música de Madrid, con la Orquesta Filarmónica Checa bajo la dirección de Semyon Bychkov y con Pablo Ferrández como solista de violonchelo en el primero de los conciertos en el que se interpretarán En el reino de la naturaleza, Concierto para violonchelo y la Sinfonía núm. 8. El día siguiente, 6 de marzo, será el turno del violinista Augustin Hadelich, con la misma orquesta y dirección que abordarán Carnaval, el Concierto para violín y la obra maestra de Dvorák, su Sinfonía núm. 9 Del Nuevo Mundo. Un buen programa monográfico para conmemorar los 120 años de la muerte del genial compositor.

 

Dvorák fue un compositor posromántico natural de Bohemia, que entonces pertenecía a Austria, y uno de los primeros compositores checos en lograr el reconocimiento mundial. Empleó con frecuencia ritmos y otros aspectos de la música folclórica de Moravia y su Bohemia natal. Por supuesto, Dvorák es un compositor muy conocido y popular, pero desafortunadamente su reputación internacional se basa sólo en un puñado de sus obras. Mucha gente sólo está familiarizada con sus últimas tres sinfonías, incluida la siempre popular Nuevo Mundo, el concierto para violonchelo, las Danzas Eslavas, el cuarteto de cuerda Americano y quizás algunas otras obras. Pero Dvorák escribió nueve sinfonías, al igual que Beethoven y varios otros compositores, y vale la pena escuchar las primeras seis, rara vez interpretadas.

 

Sólo cinco de las sinfonías de Dvorák se publicaron durante la vida del compositor, pero cuando las otras cuatro finalmente estuvieron disponibles, los musicólogos tuvieron que volver a numerar las sinfonías. La familiar sinfonía del Nuevo Mundo se conocía como número 5, pero se cambió a su número correcto nueve. Las primeras seis sinfonías están repletas de invención melódica y nadie que disfrute de las tres últimas debería perdérselas. Dvorák escribió también una decena de óperas, de las cuales sólo Rusalka es conocida fuera de la República Checa. E incluso esta magnífica ópera no se había visto con frecuencia en otros lugares hasta hace poco. Pero, afortunadamente, ahora forma parte del repertorio operístico establecido.

 

Grandes obras maestras
El Concierto para violonchelo de Dvorák es, sin duda, el rey de todos los conciertos para violonchelo. Esta obra fue escrita entre su Bohemia y el Nuevo mundo y en ella el compositor pone en valor el enorme poder expresivo del instrumento incluyendo dificilísimos pasajes técnicos y la más bella declaración de amor en el segundo movimiento. Para finalizar este homenaje a Dvorák, el martes 5 de marzo, la Filarmónica Checa y su director titular, Semyon Bychkov, interpretarán la poética Octava Sinfonía, compuesta en 1889 con la intención, según palabras del compositor, de “escribir una obra distinta de todas las otras sinfonías, con ideas personales y trabajadas en un modo nuevo”.
Nacido y criado como un campesino bohemio, Dvorák nunca se alejó mucho de sus raíces. Le encantaban los placeres sencillos, le fascinaban los trenes y prefería con diferencia la charla con los trabajadores a las conversaciones eruditas. Este hombre humilde llamó la atención del mundo sobre la música checa. A menudo se le compara con Schubert, con quien compartía melodías sencillas, armonías espontáneas y una tranquilidad relajada, pero la música de Schubert flotaba en las tabernas vienesas, mientras que en la de Dvorák se podía sentir la brisa fresca y rústica y oler el aire sano del campo.

 

Dvorak fue atraído a Nueva York en 1892 con la promesa de recibir unos honorarios veinte veces superiores a su salario en Praga. Gran parte de su tiempo en Estados Unidos lo dedicó a enseñar y organizar actuaciones. Pero, por encima de todo, Dvorák era compositor y en su primer invierno en Nueva York comenzó a escribir la sinfonía que se convertiría en la más querida. Formalmente, la obra encajaba sólidamente dentro de la tradición europea, con una apertura en forma de sonata, un largo meditativo interrumpido por arrebatos de inquietud, un scherzo vigoroso con tríos bucólicos y un final triunfante.

 

La Sinfonía del Nuevo Mundo de Dvorák es un himno a las raíces estadounidenses. Fue escrito por un extranjero y exigía que los músicos clásicos blancos respetaran los espirituales negros y la música nativa americana. En ese momento, la obra representaba una desviación de la música de concierto tradicional estadounidense. La música clásica estadounidense se adhirió en gran medida a las tradiciones de los compositores europeos. Pero en su Novena Sinfonía, Dvorák incorporó temas de la música espiritual y de raíces afroamericanas.

 

54 años de buena música

 

Ibermúsica fue fundada por Alfonso Aijón en 1970, quien se propuso traer a España las mejores agrupaciones sinfónicas del mundo. Desde entonces Ibermúsica, ha evolucionado en concordancia con los tiempos conservando la calidad artística, el rigor y la pasión por el arte y la música. La institución ha trabajado durante 54 años y la relación de artistas que han debutado en España de la mano de Ibermúsica es enorme, gracias a la profesionalidad que ha sido consigna de esta casa.
Asimismo, gracias a Ibermúsica se han estrenado en España numerosas obras de compositores tan relevantes como Stravinsky o Shostakovich. De la mano de Llorenç Caballero, actual Director General de la compañía, Ibermúsica sigue apostando por traer a nuestro país la mejor música con los mejores directores, solistas y orquestas del mundo en Madrid.

 

Quienes estén interesados en adquirir localidades, aún hay disponibles en: www.entradasinaem.es; tel.: 902 22 49 49 o directamente en las taquillas del Auditorio Nacional de Música.
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