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En nuestras actividades diarias siempre hay la oportunidad de conocer personas que nos atraigan. (Foto: Pixabay)

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Historias curiosas sobre la primera cita

Las primeras citas pueden ser desastrosas. No importa si se concretan en persona o a través de una aplicación de citas. A veces solo es cuestión de mala suerte y no depende de nosotros.

Hechosdehoy / UN / Fat

Conocer a una persona es una práctica que realizamos a diario, que incluso a veces ocurre sin proponérnoslo. En el mercado, en el trabajo, en el colegio de los niños o cuando nos juntamos con familiares o amigos. En fin, en nuestras actividades diarias siempre hay la oportunidad de conocer personas.

Además en estos tiempos modernos donde internet es parte de nuestra vida, existen páginas webs para ello. Habría que reconocer sin embargo, que aquí la búsqueda deja de ser casual, ya que si ingresamos a una apps de contactos gay claramente estamos explorando vías para interactuar con alguien. Los motivos pueden ser varios: por curiosidad, buscando personas con gustos afines o queriendo ligar,  lo cierto es que cuando usamos estas aplicaciones o páginas lo hacemos con toda la disposición de conocer personas. Independientemente de nuestra primera intención, si al final la relación es amistosa o romántica, casi siempre es el tiempo quien lo dirá.

Ahora bien no importa si el primer contacto fue en persona o a través de internet, cuando se quiere llevar la relación a otro nivel, solemos dar un paso más allá y concretar lo que llamamos la primera cita. Ese evento que puede ser tan exitoso como traumático, de alguna forma u otra va a definir el destino de la relación. Como no siempre las cosas son como las planeamos, les presentamos algunas historias encontradas en las redes sociales sobre primeras citas y que son por demás curiosas.

Yo soy Batman

Recientemente una joven de la ciudad de Buenos Aires en Argentina, relató en las redes sociales una primera cita que tuvo con un chico que conoció en internet. La joven de 29 años y de nombre Mariana, contó lo emocionada que estaba al llegar a la puerta del apartamento donde fue citada y percibir un agradable olor a comida, aumentando sus expectativas pero rápidamente se vinieron abajo una vez la puerta se abrió.

Y es que Gonzalo, el hombre que la invitó a cenar, estaba disfrazado de Batman con mascara incluida. Por si fuera poco, durante toda la velada, solo se quitó la máscara para saludarla y despedirse. Aunque para muchos pudiera ser algo exagerado o incluso una señal de alerta, la joven admitió que se quedó a disfrutar la cena simplemente porque “soy de conocer a las personas”.

¿Dulce venganza?

César, un chef de 36 años, contó que conoció a David a través de una aplicación de citas. Hablaron durante un par de semanas y quedaron en verse en persona para tomar algo, ya que David no parecía buscar solo sexo y eso a César le agradó. Después de un par de tragos, David cambió su actitud y en tono perturbador le pregunto: “¿sabes quién soy?”. Entre la sorpresa y la ingenuidad, César solo alcanzó a responderle “eres David”.

Luego de otro sorbo a su copa David le confesó a César que había salido con su hermano, pero como este se había portado mal con él, ahora estaba buscando vengarse. Dentro de la mente de David, este era un plan de venganza perfecto ya que además pretendía tomarse una foto para enviársela al hermano de César. Para este último, la situación era totalmente surrealista y no solo accedió a la foto sino que uso su móvil para otra selfie. Para desgracia de David, el hermano de César le preguntó “¿quién es ese que está contigo?”

“Hagámoslo otra vez”

Daniela de 22 años, cuenta que se encontraba en un café cuando hizo contacto con un hombre. Luego de un rato conversando quedaron en tomar un café otro día, y cuando finalmente se dio el encuentro fueron por una cerveza. A medida que transcurría la velada, Daniela notó que la primera impresión parecía estar errada. El hombre no era tan joven como insinuó inicialmente, por ejemplo.

Luego, en algún momento la joven se retiró al baño y al regresar el sujeto en cuestión le comentó que bebiera tranquila que no le había puesto nada a su trago. A partir de allí y algo alarmada, Daniela dejó de beber, pero el hombre no. Al cabo de un rato los tragos hicieron su efecto y ella decidió retirarse y fue en ese momento que el hombre se lanzó al piso y le agarró de la pierna suplicándole no se fuera. Una vez superada la impresión, logró zafarse y ya en casa recibió un mensaje que decía: “la pase súper bien, hagámoslo otra vez”. Evidentemente no hubo una segunda oportunidad.

Estas historias demuestran que las primeras citas pueden ser desastrosas. No importa si se concretan en persona o a través de una aplicación de citas. A veces solo es cuestión de mala suerte y no depende de nosotros. No sabemos realmente como piensan o actúan muchos hasta que es muy tarde.

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