Bien es sabido que los detectives privados se dedican a investigar a personas o entidades en función de los encargos que reciban de sus clientes, los cuales solo pueden ser aceptados, tal y como afirman insistentemente todos los profesionales del sector, en caso de que exista una legitimidad probada en la causa.
Infidelidades, bajas fraudulentas, cuestiones de seguridad digital, fraudes al seguro… los servicios de un detective privado pueden implicar trabajos en distintos estamentos y sectores. Su labor puede tener un cariz más personal, como en el caso de las investigaciones matrimoniales, o bien más corporativo, como los casos en los que se investigan posibles fraudes a mutuas y compañías aseguradoras.
Pero son ahora los propios detectives privados quienes se pronuncian acerca de su labor en los casos más comunes en los que trabajan, al tiempo que hacen hincapié en desmentir los aspectos más mitificados de su profesión mientras ponen especial énfasis en las regulaciones legales que acotan sus actuaciones.
Casos más habituales en una agencia de detectives privados
De todos los datos que los ciudadanos ajenos a este campo pueden manejar acerca de la profesión de un detective privado, la de los casos más comunes seguramente cumpla con todos los clichés y estereotipos.
De hecho, son los propios investigadores quienes lo confirman: “es muy común la atención a personas que sospechan que su cónyuge puede tener una aventura amorosa, eso no ha cambiado y lo lógico es pensar que va a seguir siendo así, ya que en las relaciones matrimoniales siempre planea en algún momento la sombra de la sospecha”.
Sin embargo, insisten en que no están habilitados para utilizar cualquier medio a su alcance para obtener datos que lleven a resolver el caso. “También es muy común que los propios clientes nos sugieran que hagamos cualquier cosa para averiguar la verdad, pero en esos casos nuestra respuesta es siempre la misma: la ley es meridianamente clara al respecto y prohíbe cualquier violación de la intimidad, así como otras actuaciones reprobables y reconocidas como delito en el Código Penal, como el allanamiento de morada, por lo que solo hacemos uso de los medios y las herramientas que la ley pone a nuestro alcance”, aclaran.
Los profesionales del sector también hacen un repaso por las tendencias de los últimos años. “Hemos asistido a un incremento notable de las investigaciones a trabajadores que han podido estar incurriendo en actitudes fraudulentas, sobre todo desde la situación de emergencia sanitaria que se produjo en 2020, que supuso la implantación del teletrabajo en la mayor parte de los sectores”, explican.
Los resultados en estos casos son claros, tal y como afirman los profesionales de Doverty, una de las agencias de detectives más consolidadas en el sector. “Desde el levantamiento paulatino de las restricciones, se han destapado casos de trabajadores que utilizaban la excusa del teletrabajo para ausentarse de su puesto y desatender, en ocasiones de manera dolosa, sus obligaciones laborales”.
Sin embargo, estas actitudes fraudulentas se han producido en ambas direcciones, ya que han sido los propios detectives privados quienes en ocasiones han destapado casos en los que se producían abusos dentro del entorno laboral. “Nuestro trabajo, pese a que requiere de muchas horas de campo a las que hay que sumar jornadas de oficina en ocasiones extenuantes, tienen su recompensa: el sentimiento de satisfacción que produce el simple hecho de haber hecho justicia destapando una actitud fraudulenta o dolosa que pudiese perjudicar en distinto grado a una persona o una empresa es una importante fuente de motivación para nosotros”, explican.
¿De qué manera investiga una infidelidad un detective privado?
A pesar de en ocasiones la desesperación y la incertidumbre pueden llevar a los clientes a dar carta blanca a los investigadores para saber si realmente se están produciendo encuentros extramatrimoniales, lo cierto es que todas las actuaciones de un detective privado se deben ajustar de manera estricta a la legislación vigente en materia de investigación privada.
“Los principales instrumentos con los que contamos para destapar una infidelidad son las vigilancias y los seguimientos, pero sin extralimitarse ni incurrir en prácticas irregulares, como el allanamiento de morada”, insisten desde Doverty. “En ocasiones se nos demanda acceso a los mensajes privados de aplicaciones de mensajería como WhatsApp, una práctica absolutamente ilegal que no forma parte de nuestra cartera de servicios”, aclaran.
Tal y como comenta el propio equipo de Doverty, cada uno de los casos en los que trabajan pasan por una fase de estudio preliminar antes de llevar a cabo las labores de vigilancia propiamente dichas. “Hay muchas cosas que un profesional debe hacer antes de iniciar un seguimiento, tales como acotar los momentos del día en los que esos encuentros se podrían producir”, explican.
Este estudio permite acotar momentos específicos del día para que los seguimientos arrojen resultados fructíferos, aunque también se pueden iniciar las pesquisas desconociendo este dato. Sin embargo, esto podría producir, tal y como comentan desde Doverty, una prolongación en el tiempo de las actuaciones de los investigadores, lo que tendría repercusiones al alza en tarifas a abonar por los servicios prestados.
“Determinar el momento del día o de la semana en el que se producen esos encuentros es, en muchas ocasiones, especialmente relevante para llegar a una conclusión clara, aunque tenemos otros recursos para obtener información que pueden ser igualmente fructíferos”, sentencian desde Doverty.
Además, las conclusiones de estas investigaciones pueden tener implicaciones legales, más allá de afectar, de una manera u otra, a la continuidad del enlace matrimonial. No obstante, desde Doverty aclaran que “los informes otorgados por los detectives privados siempre tienen validez legal, incluso en el caso de una infidelidad, aunque normalmente no se aportan por no tener implicaciones legales a la hora de liquidar un matrimonio por vía judicial, por lo que, en este caso concreto, sería irrelevante”.
No obstante, en otros casos como fraudes al seguro o bajas fraudulentas los informes de los investigadores privados sí pueden decantar la balanza claramente hacia un lado por ser vinculantes y estar debidamente documentados, tal y como estipula el código deontológico de los detectives privados.