Angela Merkel y Mariano Rajoy se desayunaron en Santiago de Compostela con una crisis política de envergadura en Francia. Tanto la canciller como el presidente del Gobierno expresaron su respeto y deseo a que la situación se reconduzca en París. El asunto, según informaciones de Hechos de Hoy, preocupó más de lo expuesto en la conferencia de prensa final de la visita a España de la canciller.

Ha sido precisamente el ministro de Economía, Arnaud Montebourg, quien tumbó un Gobierno que ha durado 147 días. Junto con Montebourg, anunciaron su deseo de no seguir en el Gobierno los ministros de Educación y de Cultura, Benoît Hamon y Aurélie Filipetti. La crisis de Gobierno en Francia se produce en un momento en que la popularidad de François Hollande bajó a sólo el apoyo de un 17%. Desde que en 2012 accedió a la presidencia de la República, afronta su tercer Gobierno. El último sólo duró 147 días.

Arnaud Montebourg justificó su salida del Gobierno de Manuel Valls por "las políticas de austeridad absurdas" que se aplican en Francia y en Europa. Lo afirmó en una declaración sin preguntas tras ser recibido durante un cuarto de hora por el primer ministro, Manuel Valls.

 "Se sabe que las políticas de austeridad, de subidas de impuestos o de reducción del gasto público decididas por los gobiernos son ahora las causas de la prolongación y del agravamiento inútil de la crisis" en Europa. El mundo nos suplica, incluso, que cesemos estas políticas de austeridad absurdas que siguen hundiendo la Zona euro en la recesión y pronto en la deflación", afirmó Montebourg.

Según su análisis, la crisis "es una de las consecuencias de las decisiones políticas erróneas soportadas por los ciudadanos europeos a causa de decisiones de poderes como el Banco Central Europeo (BCE), la Comisión Europea o los Estados miembros". Quien es uno de los líderes del ala izquierdista del Partido Socialista, insistió en que "hay que tener el valor intelectual y político de decir que las políticas de austeridad agravan el déficit donde deberían reducirlo". Y que, además, "son injustas porque afectan a las clases populares y medias en forma de subidas e impuestos" y llevan a los ciudadanos a rechazar la construcción europea y a "abrazar los partidos extremistas".

 Montebourg agradeció el apoyo recibido en su polémica abierta con François Hollande y Manuel Valls por otros dos ministros, el de Educación, Benoît Hamon, y la de Cultura, Aurélie Fillipetti. Es una crisis delicada sobre todo porque muestra la fuerte tensión que hay en Francia en las filas del Partido Socialista.