Indudablemente Jorge Mario Bergoglio, el papa Francisco, tiene enemigos poderosos en Ciudad del Vaticano. No es un secreto en Roma que los cuchillos afilados en la Curia se han visualizado desde el primer momento contra la sucesión de Benedicto XVI por un jesuita argentino.
Pero tiene también sus defensores que vuelven a deplorar, como sucedió en Nochevieja y Año Nuevo, el rechazo del Papa a no escuchar consejos sobre su imagen , la comunicación y las relaciones públicas. No ha querido confiar en un eficaz jefe de prensa por su afán en no delegar ninguna parcela e improvisar.
En la plaza de San Pedro pagó de nuevo la falta de planificación. Le ha mortificado además tener que pedir perdón y disculparse como se ha reconocido en medios vaticanistas.
Todo sucedió cuando Francisco reprendió, visiblemente molesto y con cara de enfado, en la tarde noche del martes 31 a una mujer que le agarró bruscamente de la mano y le empujó hacia ella. Era el momento en que saludaba a los fieles en su visita a la plaza de San Pedro tras oficiar la última misa de 2019.
La mujer, de rasgos asiáticos, se encontraba junto al resto de fieles tras las barreras de seguridad de la plaza. Cuando el Papa pasó a su lado, le agarró de la mano y le atrajo repentinamente hacia ella.
Francisco trató inmediatamente de zafarse de la mujer y, tras lograrlo, le golpeó la mano en señal de reprimenda, visiblemente irritado. Era el momento en que Francisco se acercaba a visitar el árbol y el Portal de Belén en la plaza de San Pedro. Francisco ha tenido que disculparse por "perder la paciencia" pero no ha podido evitar la inmediata reacción en las redes socuales, #RenunciaFrancisco, cuando se conocieron las imágenes
El incidente se produjo después de oficiar la última misa del año, la de las primeras vísperas de la Solemnidad de María Santísima Madre de Dios y de agradecimiento por el año 2019. En la festividad del Año Nuevo, el Papa no ha tenido más remedio que disculparse por su feo gesto. Lo hizo antes de la oración del Ángelus.
Este episodio sucede en un momento en que Ciudad del Vaticano hierve con las comidillas de la atención de Francisco a tejer una relación directa e intensa con la Casa Rosada, el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. La relación supone un vuelco total en su actitud hacia Mauricio Macri, En Ciudad del Vaticano se apunta que podría estarse negociando una visita sorpresa del Papa a Argentina en 2020 con el objetivo de mostrar de forma abierta su apoyo al fernandismo.