El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, aseguró que el Gobierno no va a negociar "en absoluto" con ETA a raíz del último comunicado de la banda en el que pide negociar su desarme, y exigió su disolución. "Ni hemos negociado ni vamos a negociar en absoluto con una organización terrorista, y el único comunicado que espera y exige el Gobierno, y trabaja para ello, es su disolución incondicional", afirmó el ministro.

La organización terrorista hizo público un comunicado en el que se mostró a favor de iniciar conversaciones con el Gobierno sobre los presos y huidos de la banda, el desarme y disolución de la organización y la "desmilitarización" de "Euskal Herria" con la "adecuación" de "las fuerzas armadas que están en Euskadi".

Con estas condiciones exigidas al Ejecutivo de Mariano Rajoy, ETA advertió de que, si no se cumplen, se puede "frustrar la oportunidad de paz" y nunca se podrá dar "el conflicto por superado". La banda denunció que no hay nadie en las cárceles por este tipo de asuntos y la forma en que, según los terroristas, han actuado las Fuerzas de Seguridad con "total impunidad".

Por su parte, el portavoz del PSE-EE, José Antonio Pastor, aseguró que el comunicado le "suena a viejo y huele a rancio", y resaltó también que los socialistas sólo esperan un pronunciamiento de ETA en el que anuncie su desaparición definitiva y el desarme unilateral. Las demandas de ETA, según indicó Pastor, "tienen poco de nuevo, son propias de otra época y no se corresponden con la realidad actual", por lo que, agregó, "no vale la pena darle más recorrido".

Mientras, el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, señaló que la "consolidación del tiempo y el camino a la paz y la convivencia" no se consigue con comunicados que "no indican el final", sino trabajando con discreción. Además, el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, aseguró que el Gobierno central "no va a dar nada" a ETA a cambio de su desaparición, y advirtió a la banda terrorista de que "o se disuelve o se la disuelve".