Siempre defenderé este tipo de reivindicaciones. Muchas mujeres luchan día a día contra la cosificación imperante que, si cada vez lo es menos, sigue existiendo en nuestras rutinas diarias.
El pasado sábado actuaba en el Festival Sonorama la popular cantante zaragozana Eva Amaral, de la que reconozco que hay algunos discos que me parecen sublimes. Durante el desarrollo del concierto y en el tramo en el que interpreta la canción “Revolución”, lo hizo ataviada con una túnica de gasa abierta por delante y con todo su torso visible, “sin censuras” que se dice ahora.
Parece que se pone de moda este tipo de reivindicaciones que lo que pretenden es banalizar la figura de los pechos como reclamo sexual para hombres. Acertado, de verdad que lo creo. Mientras las “tetas” no tengan la misma importancia que un dedo de la mano o que una oreja, seguirán existiendo “machitos” obsesionados con ellas.
Sé que muchos dirán que es un instinto animal, pero la evolución es una de las características que han primado en el desarrollo desde la época del homo sapiens hasta nuestros días y en esto podemos mejorar bastante como comunidad social.
A la voz de “Esto va por Rocío, por Rigoberta, por Zahara, por Miren, por Bebe, por todas nosotras”, lanzó el grito de reivindicación valorando a otras artistas que están intentando que la igualdad de géneros pase por dejar de sexualizar los cuerpos. Aquí es donde veo que hay un pequeño desfase que me apetece resaltar. Si estas grandes mujeres tienen el poder de luchar y lo ejercen desde los escenarios; por otro lado, tenemos a otra corriente femenina que se opera los pechos para parecer más atractivas.
Empleando el eufemismo de que lo hacen para sentirse (ellas mismas) más atractivas, no deja de ser el reflejo de esa belleza en los demás. ¿Qué significa sentirse atractiva? Yo interpreto que es verse valorada por los demás.
¿Por qué no se operan los dedos gordos de las manos para verse más seductoras? Porque a nadie le interesan los dedos de las manos. ¿Si a nadie le resultaran atractivas las mamas, se las operarían? No creo. Bueno, estoy seguro. Por eso, ante la lucha contra la cosificación de la mujer, hay una corriente que la cosifica y, esa, no sólo está formada por hombres. Bravo Amaral, valiente.
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