Puede haber muchas razones, pero sobre todo el pánico repentino fue desatado por el parón de la economía de Alemania y el impacto de lo que sucede en España con el mayor descenso de las exportaciones en cinco años. A ello se sumó, como apuntó Hechos de Hoy, el retorno de los viejos fantasmas con muchas dudas sobre Grecia.

Las Bolsas habían comenzado la jornada del jueves con rebotes inicialmente. Rápidamente cambiaron a un marco de desplome que del IBEX 35 se extendió a Frankfurt, Milán y Ámsterdam. El vaivén en los mercados, y el factor miedo, escrito con todas las letras, volvió sobre la prima de riesgo. Se alejó de forma vertiginosa de los 120 puntos con los que cerró el martes para alcanzar los 170 puntos en una jornada de jueves muy agitada en Europa y con nervios aflorando en las operaciones.

El mercado de deuda pública sufrió así un vuelco en menos de dos jornadas. El miércoles, en la apertura, el interés exigido al bono español a diez años se quedó a un paso de bajar del nivel del 2%. Este jueves el porcentaje se disparó hasta superar el 2,4%. Este brusco deterioro se acentuó en la prima de riesgo.

El Tesoro, por primera vez en los últimos meses, colocó un importe muy inferior al máximo previsto, 3.200 millones de euros frente al tope fijado de 3.500 millones. Además, el interés medio del bono subió del 2,07% previo al 2,19%. La oleada de desinversiones alcanza en mayor medida a otras deudas periféricas. El interés exigido al bono a diez años de Italia se disparó por encima del umbral del 2,7%. Su prima de riesgo llegó a tocar los 200 puntos.