Al Rey le hubiera gustado un marco bien distinto para su primera visita oficial a Jordania. Tanto en el plano personal como en el plano político. Sin duda le duele como hijo el sentimiento de decepción que puede tener muchas personas hacia la vida personal de su padre. Desvelada ahora con toda crudeza en audios que han acaparado las audiencias de la televisión como ha destacado Hechos de Hoy.
En el plano político hubiera deseado el reecuentro en Amán de los Reyes de España y de los Reyes de Jordania en un clima de paz, de sosiego y de esperanza. No ha sido así. La alternativa no era la de aplazar o suspender el viaje. No había espacio para esa opción ni tampoco era deseable.
De ahí que con buen criterio tanto Felipe VI como Abdalá II decidieron que lo más conveniente era el de un perfil estrictamente político y muy sobrio, sin la presencia de la Reina Letizia ni de la Reina Rania, al ser un viaje en un marco de guerra abierta, tensión y de obvio peligro.
A destacar en este viaje el almuerzo de trabajo final del Rey con Abdalá II porque le permitió tener un retrato de la situación. En la historia de la democracia de España fue un hito el establecimiento de relaciones diplomáticas con Israel. Y después el encuentro oficial del presidente del Gobierno Adolfo Suárez con Yaser Arafat, la imagen que impactó (la famosa portada de ABC) del líder de la OLP con pistola al cinto en el Palacio de La Moncloa. Es decir que España, al igual que Jordania, han caminado juntos con el sueño mantenido de un Estado de Israel junto a un Estado de Palestina.
Quien más ha comprendido, y comprende, la necesidad de construir un Estado de Palestina próspero, seguro y feliz es Jordania, prmera escala de la diáspora palestina. Y del estallido las primeras tensiones.
Abdalá I de Jordania (La Meca 2 de febrero de 1882 – Jerusalén 20 de julio de 1951), también llamado Abd Allah ibn Husayn, fue el primer rey de Jordania desde 1946 hasta su muerte, en 1951. El 20 de julio de 1951 murió en un atentado en la mezquita de Al-Aqsa de Jerusalén. El actual rey de Jordania nunca ha olvidado aquellos momentos terribles y dramáticos de su familia.
Hoy el Rey y Abadlá II mantienen el mismo criterio sólido de que existan fronteras, seguras y reconocidas en el corazón de Oriente Medio. y de que el gobierno de la Autoridad Palestina tenga un liderazgo ético y moral, y verdadera autoritas, para gobernar el Estado de Palestina formado por los territorios de Cisjordania y de Gaza. Para Abdalá II seria esencial un apoyo árabe pleno a las labores de policía y seguridad en Palestina. Emiratos Arabes Unidos podría ejercer con eficacia ese rol que es clave.
Si se establece la convivencia con respeto entre Israel y Palestina se abrirá el camino para el reconomiento del nuevo escenario político que es clave. Pero obviamente ese paso no se podrá dar si no se acaba con el clima de odio, fanatismo y sectarismo inculcado por Irán a las milicias que protege y arma (fundamentalmente Hamás, Hezbolá y las milicias de Yemen del Norte). La paz plena y la convivencia es además el sueño compartido por las nuevas generaciones de palestinos y de israelíes.
Con el corazón apesadumbrado
Durante el primer encuentro entre delegaciones, el Rey destacó las relaciones bilaterales que desde hace tantos años existen entre España y Jordania.
“He venido con una sincera solidaridad y apoyo al papel crucial que desempeña y siempre ha desempeñado Jordania en el fomento de la estabilidad regional”, afirmó el Rey. Destacó que España y Jordania “están unidas por un anhelo compartido de paz y una visión común de prosperidad para la región, arraigada en la convicción de que la única salida posible a este ciclo interminable de violencia pasa por dos Estados, Israel y Palestina, que vivan uno al lado del otro. En paz y estabilidad”.
El Rey Felipe VI ha conocido además en su visita oficial a Jordania algunos de los proyectos de cooperación que la AECID (la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo) realiza en este país, epicentro de la acogida de refugiados palestinos.
Desde el Palacio Real de Al Husseiniya, erigido en 2006 por orden de su hijo, el actual rey Abdalá II, Felipe VI ha asegurado, a puerta cerrada, que ha aterrizado en Jordania “con el corazón encogido” debido al contexto tan difícil para Jordania y toda la región porque, ha dicho, es “inaceptable” que “de nuevo aquellos que optan por la guerra en vez de por la paz cambian el destino de millones de inocentes, acaban con sus vidas mientras que redibujan fronteras y desplazan poblaciones”.
El Rey ha pronunciado estas palabras tras el recibimiento oficial en el Palacio Real donde se ha reunido por primera vez desde que llegó de manera oficial con el rey Abdalá II. Allí ha mantenido un encuentro bilateral con el monarca y un almuerzo de trabajo antes de abandonar el país y poner rumbo a España tras 24 horas en la capital jordana.
El Rey, con este viaje, ha querido agradecer al pueblo jordano su solidaridad y su papel de mediador en la región, un rol que lleva ejerciendo desde hace décadas.
El Rey ha hecho hincapié en que España y Jordania “están unidas por un anhelo compartido de paz y una visión común de prosperidad para la región, arraigada en la convicción de que la única salida posible a este ciclo interminable de violencia reside en dos Estados, Israel y Palestina, que convivan en paz y estabilidad”.
Felipe VI ha hecho énfasis en las palabras de Abdalá II en la Asamblea General de la ONU cuando pidió que ambos pueblos, tanto el israelí como el palestino, “merecen vivir sus vidas con dignidad, libres de violencia y medio”.