En los hechos de hoy, sábado 1 de febrero, el Rey atento en su viaje a Montevideo a las crisis de Ucrania y especialmente Gaza. El Rey, como destacó recientemente, considera crucial el rol de Egipto para la búsqueda de la paz total en Gaza y los apoyos para la convivencia futura entre Israel y Palestina.
El momento más delicado
Durante meses, pese a que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, insistió en que quería traer de regreso a casa a los rehenes que se encontraban en Gaza, se resistió a firmar un acuerdo de alto el fuego con Hamás.
Pero la presión unida de los presidentes saliente y entrante de Estados Unidos logró que Netanyahu aceptara una tregua de 42 días para la liberación de 33 rehenes israelíes a cambio de más de 1.700 prisioneros palestinos y la entrada de ayuda a Gaza. (Finalmente, 38 rehenes fueron liberados en 39 días.)
Por duras que hayan sido las negociaciones en la primera fase, lo que viene ahora será mucho más difícil.
La segunda fase del alto el fuego, que se supone duraría otros 42 días, vería la retirada total de las tropas israelíes de Gaza y la liberación de todos los rehenes vivos retenidos por Hamás –cuyo número se estima en 24 hombres– a cambio de más prisioneros y detenidos palestinos.
Netanyahu pasó por alto la fecha límite del 3 de febrero para enviar un equipo negociador para hablar sobre la segunda fase, y optó en cambio por visitar al presidente estadounidense Donald Trump en Washington. Finalmente anunció que enviaría un equipo a El Cairo, pero sin su negociador jefe, su aliado político cercano, el ministro de Asuntos Estratégicos Ron Dermer.
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Hamás se ha comprometido en repetidas ocasiones a respetar el alto el fuego. A pesar de haber estado a punto de llegar al límite al enviar a Israel el cadáver de una mujer palestina desconocida en lugar del de Shiri Bibas (por error, según el grupo), en gran medida se ha ceñido al acuerdo.
Pero aún no ha respondido a la gran pregunta: ¿se desarmará y abandonará Gaza?
Los dirigentes de Hamás, dispersos entre Gaza y el resto de la región, se muestran optimistas un momento y conciliadores al siguiente, pero se han negado sistemáticamente a abordar la cuestión del desarme.
La pregunta para las próximas horas y días será si Hamás aceptará entregar su activo negociador más importante -los rehenes- sin ningún compromiso de poner fin a la guerra.
“El plan de Netanyahu de extender la fase 1 para liberar más rehenes sin obligar a poner fin a la guerra y a la retirada de las fuerzas israelíes de Gaza será totalmente rechazado por Hamás”, dijo el exnegociador israelí convertido en activista por la paz Gershon Baskin.
Los dirigentes de Hamás en Gaza, opinó, “se están volviendo cada vez más independientes de los dirigentes de Hamás en el exterior”. Esos dirigentes exiliados, dijo, están más dispuestos que los comandantes del frente de batalla a reanudar la guerra, “con plena conciencia de que su influencia es la vida de los rehenes restantes”.
Los que están en Gaza “no dudarán en vengarse de los rehenes si se reanudan los combates”, afirmó. “La guerra ha terminado, aunque Netanyahu no lo reconozca. La alternativa a Hamás será el resultado de decisiones políticas y no más guerras”.
El estrecho apoyo de España a Al Sisi
En el marco de la reciente Visita Oficial que subrayó la importancia de las relaciones bilaterales, los Reyes ofrecieron un almuerzo en honor del presidente de la República Árabe de Egipto, Abdel Fattah Al Sisi, celebrado en el Palacio Real de Madrid, que simbolizó el fortalecimiento de los lazos diplomáticos y comerciales entre España y Egipto.
El Rey quiso señalar en sus palabras durante el brindis la trascendencia de esta visita.
Antes del almuerzo, el Rey mantuvo un encuentro con el Presidente Al Sisi, donde discutieron temas de interés mutuo y exploraron nuevas vías de cooperación. La reunión contó con la presencia de las delegaciones española y egipcia.
El almuerzo ofrecido por los Reyes de España no solo fue un gesto de hospitalidad, sino también una oportunidad para estrechar los vínculos entre ambos países, promoviendo el entendimiento y la colaboración en diversos ámbitos. La visita de Abdel Fattah Al Sisi, quien ha liderado Egipto desde mayo de 2014, refleja la voluntad de ambas naciones de trabajar juntas hacia un futuro próspero y estable.
Este encuentro diplomático en el Palacio Real de Madrid ha sido un testimonio del compromiso de España y Egipto por fortalecer sus relaciones y construir un camino de cooperación y amistad duradera. Abdelfatah Al-Sisi es presidente de Egipto desde mayo de 2014, tras los acontecimientos de 2013 que dieron lugar a la deposición del presidente Morsi.
El discurso íntegro del Rey
“Excelencia, Presidente de la República Árabe de Egipto, Abdel Fattah Al Sisi, la Reina y yo le damos nuestra más afectuosa bienvenida a España, que extendemos también a la delegación que os acompaña.
Hace 10 años, su visita -la última- a nuestro país supuso un impulso decidido para la consolidación de nuestras relaciones bilaterales. En aquella ocasión, aquí mismo, afirmé que Egipto podía contar con España, del mismo modo que estaba seguro de que podríamos contar con su país. El tiempo ha demostrado la solidez y permanencia de aquel compromiso mutuo.
Durante esta década nuestros países han trabajado de manera decidida en favor de la paz, la estabilidad y la seguridad compartidas en un espacio geográfico e histórico que nos une y nos interpela: el Mediterráneo, cuna de la civilización y gran crisol de culturas. Un espacio hay tantos retos comunes, como también oportunidades de cooperación en beneficio mutuo y de nuestros entornos. Por ello, Señor Presidente, estoy convencido de que esta nueva visita no solo refuerza nuestra alianza, sino que también marca un nuevo capítulo en nuestras relaciones, abriendo más vías de colaboración para el bien de nuestras sociedades.
Egipto no es solo un país amigo. Es un pilar esencial del Proceso Euromediterráneo, un actor determinante en el continente africano -donde ejerce un rol activo a través de la Unión Africana- y un socio estratégico en Oriente Próximo; una región que, lamentablemente, atraviesa una nueva fase de inestabilidad, marcada por tensiones geopolíticas, conflictos prolongados -con tanto dolor y sufrimiento-y desafíos humanitarios de enorme magnitud, que no deben ser ni ignorados ni abordados con ambigüedad.
La volatilidad en la zona se ha intensificado y no solo afecta a su entorno más próximo, sino que tiene implicaciones directas para la seguridad global, los mercados energéticos y los flujos migratorios.
En este complejo escenario, la contribución de Egipto a la estabilidad regional y su intervención en la mediación y en la promoción del diálogo resultan más importantes que nunca. Frente a la imposición, diálogo; frente al conflicto, entendimiento; frente al sufrimiento, empatía. Porque el diálogo no es una opción más entre otras, sino la única vía posible hacia acuerdos justos y duraderos.
Después de 15 largos meses de agravada violencia, marcados por un insoportable número de víctimas, devastación y desplazamientos forzosos, el reciente acuerdo de alto el fuego en Gaza -en el que Egipto ha desempeñado un papel decisivo- es una oportunidad crucial que debe consolidarse. Consciente de ello, España trabaja también activamente sobre el terreno para garantizar que este alto el fuego se mantenga y conduzca a un cese definitivo de las hostilidades. Nuestra Guardia Civil apoya a la Autoridad Palestina en el paso fronterizo de Rafah, y seguiremos esforzándonos para que pueda volver a Gaza a impulsar su reconstrucción y a restaurar la seguridad y los servicios básicos.
España y Egipto respaldamos la fórmula de los dos estados, Israel y Palestina, y mantenemos un compromiso histórico con el proceso de paz en Oriente Próximo. En este contexto quiero recordar la celebración en este Palacio Real de la Conferencia de Paz de Madrid, en 1991, un tiempo de esperanza al que necesitamos regresar.
Nuestros países también han unido esfuerzos en la respuesta humanitaria en Gaza, trabajando conjuntamente en el tratamiento y evacuación de heridos graves y enfermos de la Franja. Hoy, además, seguimos coordinando esfuerzos para garantizar que la UNRWA continúe llevando a cabo su indispensable labor en los territorios palestinos y en el conjunto de la región.
Nuestra visión compartida por la estabilidad regional se extiende también a otros escenarios como Líbano, Irak, Siria, Yemen o Sudán, así como a nuestro Mare Nostrum, donde España y Egipto, como mencioné al principio, enfrentamos desafíos de diversa índole. Y lo hacemos convencidos de que la única forma de abordarlos de manera eficaz es a través de la cooperación, especialmente, la multilateral.
En un mundo marcado por los retos y las amenazas globales, y en el que se cuestiona el Derecho Internacional, el multilateralismo sigue siendo la única vía sólida y duradera -aunque no siempre sencilla- para fortalecer un orden mundial basado en la cooperación, el diálogo y el respeto mutuo, elementos imprescindibles para la paz, la seguridad y el progreso.
Como acertadamente señaló en fechas recientes el Presidente de la República .Italiana Sergio Mattarella: “Es hora de actuar: recordando las lecciones de la historia y teniendo en cuenta que el orden internacional no es estático. Es una entidad dinámica que debe ser capaz de adaptarse a los cambios, sin comprometer los principios, valores y derechos que los pueblos han conquistado y afirmado”. La paz, como también advertía, “no es un regalo de la historia”.
Señor Presidente,
En estos últimos diez años, España y Egipto hemos fortalecido su relación bilateral, que, con esta visita, alcanza el estatus de Partenariado Estratégico, marcando un avance cualitativo en nuestras relaciones, a todos los niveles. Con este paso aspiramos a abrir un horizonte de prosperidad y desarrollo propios de dos países socios y amigos.
El Diálogo Económico en el marco de esta Asociación Estratégica es clave para explorar nuevas oportunidades de comercio e inversión. Las reformas económicas impulsadas por su gobierno han favorecido el aumento de las inversiones españolas en Egipto, permitiendo la consolidación de nuestras empresas en sectores principales como las infraestructuras, el transporte, el medio ambiente, el agua o la energía; áreas en las que España cuenta con empresas punteras. Este impulso se expandirá, de manera natural, a áreas estratégicas como la defensa y las energías renovables.
En cuanto al turismo, un sector muy importante para ambos países, cabe destacar que se mantiene un flujo constante de turistas en ambas direcciones, reflejo del interés mutuo por conocer nuestras culturas. Egipto es un importante socio en este ámbito, en el cultural, gracias a la destacada presencia de nuestros institutos Cervantes en el país, en el que el español es un idioma muy popular. Este fenómeno se refleja en el notable incremento de estudiantes de nuestra lengua y en la expansión de los departamentos de español en las universidades, tanto públicas, como privadas.
Asimismo, el trabajo de universidades e investigadores españoles en expediciones arqueológicas contribuye a afianzar nuestra relación. Nos enorgullece, en especial, la labor de las 12 misiones arqueológicas hispano-egipcias que operan en el país -algunos de sus integrantes nos acompañan en esta mesa-, y que supone una forma de colaboración que se remonta a 1966 y, en concreto, al yacimiento de Heracleópolis Magna.
La fascinación por Um el Dunia en nuestro país se inició a finales del siglo XIX, gracias a la figura de Eduardo Toda y Güell, diplomático y arqueólogo, considerado el primer egiptólogo español, quien, en su obra A través del Egipto reflexionaba: “No hay en el mundo, y me atrevo a afirmarlo después de haber recorrido buena parte de él, pueblo más interesante y maravilloso que el egipcio. En aquella región se combina por extraño modo la vida presente con la pasada, el hecho de hoy con el recuerdo de ayer y con la tradición de remotos tiempos”.
El Gran Museo Egipcio, el museo arqueológico más grande del mundo -de 500.000 metros cuadrados-, refleja a la perfección esta reflexión de Toda y Güell. Y es un honor para nuestro país haber participado en la construcción de este testimonio tangible de la valiosísima herencia cultural egipcia.
Egipto también es, y seguirá siendo, un país prioritario de la Cooperación Española en los próximos años. En este sentido, es esencial seguir profundizando nuestra relación, aprovechando la experiencia adquirida en los últimos años en áreas como la creación de empleo, el cambio climático, la gestión de los recursos hídricos y las migraciones. En todos estos sectores, aspiramos a seguir trabajando juntos para forjar un futuro más próspero y un desarrollo más inclusivo.
Con este deseo, Señor Presidente, la Reina y yo esperamos poder acompañarle pronto en Egipto y poder celebrar también allí los nuevos y prometedores horizontes que se abren para nuestro Partenariado Estratégico, que inicia ahora su camino. Cómo sabéis, estamos ultimando las fechas para nuestro Viaje de Estado, que también nos hace una especial ilusión en lo personal.
Brindemos, Señor Presidente y todos juntos, por el presente y el futuro de España y Egipto, por fortalecer aún más esta amistad histórica que nos une.
Muchas gracias”.