El momento emocional y político de las dos crisis -crisis en la relación de Cataluña con España, y crisis en Cataluña- llegó en Barcelona a su punto crítico (ver en Hechos de Hoy, El Parlamento de Cataluña vota el plan de república en el desafío más grave).
Los votos de Junts pel Sí (JxS) (62) y la CUP (10) fueron suficientes para la aprobación de la moción independentista: 72 votos a favor y 63 en contra. Los independentistas insistieron en que se sienten legitimados tras obtener la mayoría en escaños, aunque no en votos, en las elecciones del 27 de septiembre. A subrauar que los diputados de Catalunya Sí que es Pot rechazaron la moción.
Se aprobaron por separado cada uno de los puntos de la moción y mediante el método ordinario. Los grupos de la oposición habían solicitado un voto a viva voz de todos los diputados. La propuesta fue rechazada por los diputados de JxSy la CUP. Hubo diez votaciones, una para cada punto de la resolución más un anexo.
La moción aprobada prevé que en un plazo máximo de 30 días se inicie la tramitación de las "leyes de proceso constituyente, de seguridad social y de hacienda pública" y proclama la "apertura de un proceso constituyente ciudadano, participativo, abierto", para "preparar las bases de la futura constitución catalana".
El primero de los nueve puntos de la resolución constata que el "mandato democrático" de las elecciones catalanas del 27S, que arrojaron una "mayoría de escaños" de fuerzas independentistas y una "amplia mayoría soberanista en votos y escaños que apuesta por la apertura de un proceso constituyente no subordinado".
Se establece que "el Parlament y el proceso de desconexión democrática no se supeditarán a las decisiones de las instituciones del Estado español, en particular del Tribunal Constitucional". El texto señala que el Tribunal Constitucional es un órgano "deslegitimado y sin competencia" desde que en junio de 2010 emitió una sentencia en la que recortaba el Estatut aprobado en referéndum en 2006.
Además, la resolución insta explícitamente al nuevo gobierno en Cataluña a "cumplir exclusivamente aquellas normas o mandatos emanados" del Parlamento de Cataluña para "blindar los derechos fundamentales que puedan estar afectados por decisiones de las instituciones del Estado español".
La moción subraya la voluntad de iniciar negociaciones para "hacer efectivo el mandato democrático de creación de un estado catalán independiente en forma de república", tras poner el texto en conocimiento del Estado, de la Unión Europea y de la comunidad internacional.
La resolución incorpora un anexo, añadido en forma de enmienda por JxS y la CUP, con la finalidad de "blindar" derechos básicos en materia de pobreza energética, vivienda, sanidad, educación, libertades públicas, administraciones locales, refugiados, aborto y financiación de un plan de choque social y gestión de la deuda.
Un debate crítico
También se votó una propuesta de resolución presentada por Catalunya Sí que Es Pot en la que se reclamaba la celebración de un referéndum sobre la independencia. Resultó rechazada por 114 votos en contra, 11 a favor de la formación impulsora y 10 abstenciones de la CUP.
En el debate, Raül Romeva (Junts pel Sí) defendió la moción porque se trata de una "demanda masiva" de la población catalana.
Anna Gabriel, diputada de la CUP, dijo se trata de "un acto de ruptura con la legalidad y la imposición española", pues "el Estado español no nos representa".
Joan Coscubiela, portavoz de Catalunya Sí que es Pot, defendió su propia propuesta de resolución a favor de un referéndum.
Inés Arrimadas (Ciudadanos) ha calificado el plan de Junts pel Sí y la CUP de “locura” por querer “saltarse las leyes” a su antojo además de no tener ni siquiera la mayoría suficiente ni para reformar el Estatuto. "Es el mayor desafío a la democracia en los últimos 30 años", destacó.
Miquel Iceta (PSC) rechazó que la independencia sea un deseo mayoritario en Cataluña.
Xavier García Albiol (PPC) se opiso también a la idea de Raül Romeva de que el deseo de independencia sea mayoritario en la sociedad catalana.