¿Bertín Osborne es imprescindible cuando entrevista a Mariano Rajoy y precindible cuando lo hace a Pedrojota Ramírez? ¿Vasos comunicantes en el caso López Madrid y los mensajes destapados de la Reina Letizia y la decisión del Rey de designar candidato a Pedro Sánchez tras declinar Mariano Rajoy?

No se puede decir que hay una trama conspirativa. Pero sí un ambiente de conspiraciones. El Madrid del siglo XIX vuelve con fuerza con la diferencia de que hoy existe Twitter y Facebook. Susanna Griso fue incisiva en el suplemento Papel sobre las redes sociales. "Hay dos tipos de periodistas: los pelotas y los tocapelotas… Ahora, el patíbulo en la plaza pública se llama Internet. Dicen más de tu momento profesional los haters que los followers. Que se lo pregunten a Dani Rovira, que cometió el error de leerse algunos tuits".

El caso López Madrid y la doctora Elisa Pinto -más un thriller sacado de la película Acoso donde es difícil saber hasta el final si hay un bueno y una mala o viceversa- fue destapado por el diario digital nativo español (que sólo existe en Internet) que dirige Eduardo Inda, okdiario.com. Posteriormente, Ignacio Escolar, director de eldiario.es, publicó los mensajes de móviles del empresario Javier López Madrid, una filtración del gran revuelo.

Fue entonces cuando se supo que el Rey, la Reina y López Madrid compartían un chat. Con el morbo añadido que la Reina Letizia se despachó sin morderse la lengua en sus mensajes calificando al suplemente LOC, La Otra Crónica, de El Mundo, del grupo Unidad Editorial, como "merde". El escándalo y las comidillas -muy propias de Madrid- estaban servidos en vena.

Sobre este asunto, la prensa impresa, offline, excepto, claro, los interesados, El Mundo, han pasado de puntillas. Los corresponsales en Madrid sin embargo han prestado mucha atención. Martín Rodríguez Yebra, en La Nación de Buenos Aires, es un excelente ejemplo.

¿Hubo revanchismo político en el caso de los mensajes aireados?. Fue la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, la UCO, la que investigó el volcado de los mensajes de la Blackberry y del Iphone 5s del empresario López Madrid. Mensajes SMS y de WhatsApp, así como un chat compartido.

¿Un revanchismo parecido se ha aplicado a Bertín Osborne al saberse en los despachos de Televsión Española que había entrevistado a Pedrojota Ramírez, a quien Mariano Rajoy considera su enemigo número uno, su particular bestia negra.

Queda en manos de Pablo Motos, y su programa El hormiguero 3.0, investigar a fondo este asunto cuando reciba a Bertín este martes en su programa. Bertín grabó este programa de En tu casa o en la mía el 15 de febrero en la residencia de Ágatha Ruiz de la Prada y Pedrojota Ramírez. En la actualidad Pedrojota es el director de El Español, diario que se ha sumado al boom de la información digital, la migración del papel a los nuevos escenarios, con las herramientas de laptops, tabletas y móviles.

Este miércoles 16, se emite la entrevista de Bertín a Bibiana Fernández. Desde que se grabó la de Pedrojota, Televisión Española programó las de Iker Casillas y Juan y Medio. El miércoles 24, Miércoles Santo, está abierto y es una incógnita.

Lo novedoso en todo este asunto -el programa que no puede perder TVE y que lidera sus audiencias de forma histórica- es la crisis súbita surgida. Hay todas las versiones. José Antonio Sánchez, presidente de RTVE, ha negado un choque con la productora, Proamagna, de Bertín por Pedrojota.

Bertín grabó una conversación con Pedrojota y otra con Ágatha. Luego los juntó en un almuerzo. Pedrojota mostró el tesoro de sus libros y hablaron tanto de periodismo como de libros. Pero guardan celosamente lo tratado.

¿Venganza política en los dos casos? 

Lo cierto es que Mariano Rajoy quería presentarse a una sesión de investidura tras el intento fallido de Pedro Sánchez. Pero el Rey Felipe VI decidió no abrir la tercera ronda de consultas con los portavoces de todos los grupos con representación parlamentaria. Un fiasco que escoció en La Moncloa. Y que abrió, sin tregua, todas las versiones, comidillas y morbos. El misterio continua.