Jared Leto, el actor que cautivó al mundo como enfermo de sida en la cinta Dallas Buyers Club, comenzó una dura batalla legal contra el portal TMZ por publicar un vídeo en el que insulta abiertamente a Taylor Swift. En la grabación, Leto se burla del trabajo de la cantante en 1989, su último disco, alegando que le resulta irrelevante su figura y su música.

"Quiero decir, que le jodan", espeta el líder de la banda Thirty Seconds to Mars. "Ella me importa una mierda". Leto se disculpó con Swift por el daño que podría haber causado a través de su cuenta de Twitter, aunque no ha sido hasta ahora cuando cargó contra TMZ por invasión de su privacidad.

"He elegido presentar esta demanda no porque quiera, sino con la esperanza de que esto animará a más personas a que se detenga el tráfico de bienes robados", aseguró el actor en un comunicado.

Según la demanda, el vídeo en cuestión se grabó el pasado 8 de septiembre por un camarógrafo contratado por él en su casa. Al parecer, esta persona le traicionó al ir a TMZ a vender el material por 2.000 dólares (unos 1.800 euros), con la condición de que firmase un documento en el que les cedía los derechos de reproducción.

Pese a que el autor del vídeo no quiso firmar nada, TMZ decidió publicar el material a los pocos minutos y desde entonces lo ha mantenido en su portal. La demanda por parte de Leto y las advertencias previas de retirarlo al parecer no han servido de nada.

"El domingo pasado, fui alertado de que TMZ había adquirido un video personal y privado de mí en mi casa y que estaban planeando a filtrarse en su sitio. Mi equipo inmediatamente le notificó a TMZ que las imágenes y de que su fuente no tenía absolutamente ningún derecho de venderlo. Eligieron publicar de todos modos. Seamos claros. Este fue material robado de archivo”, escribió el actor.

“Se trataba de una invasión de la privacidad. Y era tanto legal como moralmente incorrecto. Independientemente de lo que somos, todos deberíamos ser capaces de hablar libremente en la intimidad de nuestros hogares sin el temor de que nuestros pensamientos o acciones se filtren y sean transmitidos al mundo”, concretó.

“Tenemos el derecho a la privacidad y la seguridad, y cuando no tenemos protecciones en el lugar para salvaguardar esas cosas, perdemos la libertad de hablar alto y claro – bien o mal – de cualquier cosa que decidamos. He elegido presentar esta demanda, no porque quiera, pero con la esperanza de que vamos a animar a más personas a dejar el tráfico de bienes robados, para seguir procedimiento legal adecuado y para que pueda motivar a la consideración adicional por el daño de estos actos pueden crear, sobre todo cuando la única intención es simplemente llegar al fondo para las empresas y corporaciones que cometen estos actos”, concluyó. 

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