Mariano Rajoy convirtió el acto de cigarral de Toledo en el pistoletazo de la precampaña, a una semana de la disolución de las Cortes y la convocatoria de los comicios generales. La fecha ya se sabe, el 20 de diciembre, cinco días antes del Gordo de Navidad (ver en Hechos de Hoy, Tres ausencias en Toledo con el apoyo renovado de Feijóo a Rajoy candidato).
Los mensajes del presidente del Gobierno y líder del Partido Popular (PP) fueron importantes tras la semana del miércoles negro. Mariano Rajoy no niega que la escena política está abierta y muestra volatilidad. Pero también está convencido de la importancia de los logros -con sus errores-; de que se han sentado bases reformistas muy serias para crecer y generar empleo de calidad y sostenido: y de que no se debería doblar el codo a tantos sacrificios.
Instó a su partido a "dejar lo accesorio" y "concentrarse en lo que nos importa a todos". En un discurso sincero, recalcó que lo que necesitan los españoles es "un gobierno que no les estorbe, que no amenace sus esfuerzos y les ayude a desarrollar sus iniciativas". Y reivindicó el orgullo del Partido Popular, sus señas de identidad. "Somos el PP. "Somos el mayor partido de España, somos el partido razonable y moderado, frente a radicales y extremistas. Un gran partido de centro derecha. Un partido creado desde la base, producto del esfuerzo de mucha gente", subrayó.
Fue un llamamiento en positivo, pero también con referencia (sin citarlos) a sus dos adversarios, Ciudadanos de Albert Rivera, y Partido Socialista, de Pedro Sánchez.
"No somos producto de una tertulia o una operación mediática, ni veletas que soplan según el tiempo, no tenemos vocación de bisagra, somos el partido que ha ganado las últimas elecciones municipales, y las europeas", dijo del primero.
Habló también, sin citarlo, del polémico fichaje de Irene Lozano por el PSOE, aunque también evitó las alusiones personales. "No nos presentamos con disquisiciones sobre a quien apoyar o a quien fichar a última hora para regenerarse", señaló.
En la mirada sobre el acto en el cigarral de Toledo se vió a Soraya Sáenz de Santamaría muy firme. Lo mismo que a Alberto Núñez Feijóo, pronunciando el discurso más importante después del de Mariano Rajoy. Significativo también el abrazo y las muestras de afecto de Cristina Cifuentes con el presidente.
Todos los ministros y los presidentes autonómicos -tanto en el Gobierno como en la oposición. De las tres ausencias (Luisa Fernanda Rudi, Aragón: Juan Vicente Herrera, Castilla y León; y Esperanza Aguirre, Comunidad de Madrid), había diferentes razones, una de ellas por cuestiones familiares.
Pero lo importante fue la convicción dejada por Mariano Rajoy de que no busca un triunfo personal sino una victoria del Partido Popular como partido de centro derecha sabiendo que se miden cuatro años intensos y duros. Y que el inmediato futuro está muy abierto. Importan las reformas y no las ambiciones perspnales, el énfasis de Mariano Rajoy buscando que cale su mensaje en el Partido Popular.