"Paciencia, prudencia, verbal contingencia, dominio de ciencia, presencia ¿O ausencia? Según conveniencia”, fueron las inmortales palabras que el exgobernador de Veracruz declaró a principios de este mes al salir del tribunal de Guatemala aceptó su extradición a México para ser juzgado por siete diferentes delitos que se le imputan.
El Gobierno del PRI está obligado a juzgar por corrupción a uno de los suyos mientras parte de la opinión pública considera incapaz a la Procuraduría General de la República (PGR) de conseguir la condena del exmandatario del PRI acusado de lavado de dinero y delincuencia organizada.
“Hay que tener fe en la PGR, fe en el trabajo que van a realizar y esperar a que el proceso siga” aseguró Miguel Ángel Osorio Chong, el secretario de Gobernación. Los periodistas preguntaron a Osorio sobre el papel que tuvieron los fiscales en la primera audiencia de Javier Duarte.
El exgobernador de Veracruz llegó el lunes de Guatemala, donde fue capturado y esperó tres meses su extradición. Tras tocar tierra, fue trasladado al Reclusorio Norte. Allí lo esperaba su defensa, encabezada por Marco Antonio del Toro, uno de los abogados más caros de México.
Enrique Peña Nieto tiene una dura prueba ante sí, provocada por un hombre que hasta hace algunos meses era considerado uno de los favoritos para tomar su lugar en el futuro. El líder mexicano deberá demostrar que su administración es capaz de juzgar por corrupción a uno de los suyos.