Decenas de personas perdieron la vida en varias explosiones perpetradas por suicidas contra mezquitas chiíes en diferentes barrios de Saná, la capital de Yemen. Según los últimos datos el número de víctimas llega a unas 120 personas. El primer ataque fue llevado a cabo por dos suicidas que detonaron sus cinturones explosivos dentro y en los aledaños de la mezquita chií de Al Hashush, situada en el barrio de Al Yarraf, en el norte de Saná, lo que causó decenas de muertos y heridos.
La primera de las explosiones en la zona tuvo lugar en un puesto de control de los hutíes en una calle que lleva a dicho templo. La segunda detonación se registró en el interior de la mezquita durante la oración del mediodía del viernes, día sagrado para los musulmanes.
La mezquita de Al Hashush suele estar frecuentada por los dirigentes del grupo chií rebelde de los hutíes, hostil al presidente Abdo Rabu Mansur Hadi. El mismo imán del lugar Taha Ahmed al Mutauakil es miembro de la ejecutiva de dicho grupo y ha sido ingresado en un hospital tras resultar herido a causa de la explosión.
Por otra parte, al menos 30 personas murieron en otro doble atentado perpetrado contra la mezquita Badr, en el centro de Saná y controlada también por los chiíes. La segunda bomba explotó cuando los fieles están huyendo del edificio sagrado. La televisión Al-Massira, controlada por los hutíes informó que los hospitales de la capital reclaman donaciones de sangre de forma urgente.
Se trata de los atentados más mortíferos desde la explosión de un coche bomba frente a la academia de policía de Saná, que dejó 37 muertos y 66 heridos el pasado 7 de enero, cuando la capital aún no estaba completamente en manos de los hutíes.
Hay que recordar que Yemen está sumido en un profundo conflicto político, agravado desde que el presidente Hadi se retractara el mes pasado desde Adén de su anterior dimisión y anunciara que continuaba siendo el presidente legítimo del país, en oposición a lo dictado por los hutíes.