En el plano internacional, fuerte presión de Barack Obama sobre David Cameron. Estados Unidos quiere que el Reino Unido participe de manera destacada en la coalición internacional -similar a la que derrocó a Gadafi– que se pretende poner en pie contra las posiciones en Siria de la guerrilla suní radical de Estado Islámico.
Es una cuestión compleja -apuntaron analistas militares a Hechos de Hoy– porque al mismo tiempo se debe establecer si Bachar el Asad es aliado o enemigo, así de simple. Preocupa además la situación de Libia donde a la muerte y derrocamiento de Gadafi ha sucedido el caos.
En el plano doméstico, la prioridad de David Cameron se centra en el descubrimiento del turismo de terror a Siria. Los yihadistas británicos que han viajado a Siria e Irak pueden convertirse en el pilar de un nuevo terrorismo, aplicando todo lo que hicieron en el campo de batalla junto a la guerrilla suní radical. David Cameron está decidido a la retirada de pasaportes a todos los sospechosos de terrorismo.
En su intervención ante la Cámara de los Comunes -el Parlamento británico- anunció además que las compañías aéreas tendrán que dar más detalles de los pasajeros, bajo riesgo de no poder aterrizar, y que los sospechosos de yihadismo que viven en el Reino Unido afrontarán restricciones a su libertad.
El primer ministro volvió a cifrar en unos 500 el número de británicos que han ido a Siria e Irak a luchar en organizaciones yihadistas como Estado Islámico. "Respetar los valores británicos no es optativo. Es un deber para todos aquellos que viven en estas islas, así que defenderemos nuestros valores, acabaremos derrotando a este extremismo y garantizaremos nuestro modo de vida a las generaciones venideras", sentenció.
David Cameron hizo estos anuncios después de elevar el nivel de amenaza terrorista a "severo", lo que significa que es "altamente probable" que se produzca un atentado en el Reino Unido, y de la decapitación del periodista estadounidense James Foley a manos de Estado Islámico.
"A todos nos ha impactado y disgustado la barbarie que hemos visto en Irak este verano. La extensión de las matanzas de musulmanes a manos de otros musulmanes, la despiada persecución de minorías religiosas, la esclavización y violación de mujeres y, por supuesto, la decapitación del periodista James Foley con la voz en aquella filmación de quien parecía un terrorista británico", dijo David Cameron al anunciar esta nueva frontera de seguridad.