Llegó el momento clave. Ahora ya es oficial en Washington. Pese al clima de hermetismo de las conversaciones, se confirmó la decisión de Barack Obama de sacar a Cuba de la lista de los estados que apoyan al terrorismo.
Acabó la retórica, los gestos y las fotos de los abrazos. La nueva dinámica no puede ya recibir palos en sus ruedas del Partido Republicano, ni de crítocos ni nostálgicos. Llegó un vuelco de dimensiones geopolíticas en el Caribe. República Dominicana, junto a México, siguen con enorme atención el nuevo clima Toda el área del Caribe está llamada a una rápida transformación económica. Seráel hito del legado del primer presidente negro en la Casa Blanca. Quien tuvo coraje y aplomo para cambiar la historia de la relación de Estados Unidos con América Latina.
El secretario de Estado, John Kerry, confirmó la estrategia esbozada en la Cumbre de las Américas. Cuba salió de la lista de los estados que apoyan al terrorismo. Era el escollo que paraba todo.
"Cuba no ha proporcionado ningún tipo de apoyo al terrorismo internacional durante los seis meses previos y ha dado garantías de que no apoyará actos de terrorismo internacional en el futuro”, anunció Jeff Rathke, el portavoz del Departamento de Estado.
Se quiso precisar, y se hizo en un comunicado en español, pensando en la comunidad latina, sus líderes, y las sensaciones que están enfrentadas en Miami. "Aunque Estados Unidos tiene importantes preocupaciones y desacuerdos sobre una amplia gama de políticas y acciones de Cuba, las mismas no hacen parte de los criterios pertinentes para la rescisión de la designación de un estado patrocinador del terrorismo", señaló el Departamento de Estado.
Entre las consecuencias inmediatas de esta decisión de Barack Obama, indicaron expertos a Hechos de Hoy, figura la cuestión clave del acceso por parte de Cuba a los préstamos del Banco Mundial. En la agenda de este deshielo, el segundo paso apunta rápidamente a la reapertura, por ambas partes, de las embajadas en Washington y La Habana.