La primera dama, Melania, fue la primera en utilizar Twitter ante los gravísimos sucesos en la ciudad de Charlottesville, de 45.000 habitantes, en el estado de Virginia. Un balance de muerte, heridos graves y detenidos.
"Nuestro país promueve la libertad de expresión, pero comuniquémonos sin odio en nuestros corazones. Nada bueno sale de la violencia. #Charlottesville", escribió la primera dama, Melania Trump.
Una hora después, el presidente reaccionó en la red social. "TODOS debemos estar unidos & condenar todas las posturas de odio. No hay lugar para este tipo de violencia en América. ¡Juntémonos todos a una!", el tuit de Donald Trump.
En los gravísimos choques en Charlottesville, en torno al Parque de la Emancipación, Emancipation Park, entre grupos radicales y nenonazis blancos, los llamados supremacistas blancos, frente a defensores de los derechos civiles, hubo marchas con antorchas, desafíos y peleas a puñetazo limpio y palos. En uno de los momentos más graves un coche se lanzó contra la multitud con un atropello masivo. Estado de emergencia en Charlottesville y fuerte dispositivo policial.
Todo comenzó por el plan de retirada de una estatua en homenaje a Robert E. Lee (1807-1870), general del Ejército Confederado durante la Guerra Civil de Estados Unidos (Sur contra Norte). Los grupos racistas y nenonazis lo reivindican como un símbolo del poder blanco. Los defensores de los derechos civiles lo sitúan en cambio en su contexto histórico exacto, el general que trató de impedir el fin de la esclavitud de los negros.
Las imágenes de Charlottesville fueron intimidatorias con banderas del Ku Klux Klan, banderas confederadas y consignas nazis. Desfilaron armados con cascos, escudos y porras. Llegaron a utilizar gases pimienta y lacrimógenos contra sus opositores.
La marcha Unir a la derecha contó con el apoyo de Richard Spencer, impulsor del movmiento alt-right (derecha alternativa). Calificó la retirada de la estatua del general Lee en Virginia como un ataque a toda la gente blanca. Frente a ellos, la agrupación antirracista Black Lives Matter (Las vidas negras importan). El grupo antirracista Southern Poverty Law Center denunció la marcha ultraderechista como “el mayor encuentro de odio en décadas".
En la noche del viernes, la marcha de las antorchas humeantes fue amenazadora y tenebrosa. Al día siguiente, las tensiones se desbordaron con gravísimos choques y el coche lanzado para un atropello masivo.
El alcalde de Charlottesville, Mike Signer, rechazó la marcha supremacista blanca como “un desfile cobarde de odio e intolerancia”. Hace un mes se vivió en la ciudad una manifestación del Ku Klux Klan para rechazar el plan de retirada de la estatua del general Lee.
El movimiento supremacista blanco en Estados Unidos vive una visibilidad importante en estados como Virginia en la senda de los pronunciamientos xenófobos, nacionalistas y populistas de Donald Trump.
Richard Spencer es el director del National Policy Institut. En 2010, acuñó el término alt-right, rechazo a la inmigración percibida como amenaza al predominio demográfico blanco, y al establishment político. Spencer no es una anécdota. Viviría en las cloacas políticas si el populismo xenófobo de Donald Trump no hubiera llegado a la Casa Blanca.
Charlottesville es el símbolo de lo peor de Estados Unidos. Lo que Barack Obama combatió con decisión. Desmantelar la estatura del general Lee es curar las heridas del pasado. Reivindicarlo como héroe es negar los verdaderos valores que cimentan la estatura moral del país.