La declaración de Barcelona marca un  antes y un después. Por primera vez el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quiso dar una explicación personal, y emocional, ante la crisis en la relación de Cataluña con España. Fijó además la posición del Partido Popular.

Mariano Rajoy, como avanzó Hechos de Hoy, quiso reconocer en Barcelona, y asumirlo como desafío, que hay una crisis política que urge respuestas políticas. Evitó actos institucionales. Llamó a la sociedad catalana y a quienes se interrogan sobre el futuro. A quienes buscan una solución a un Estado de Cataluña pero no a la independencia de España. No hay respuestas fáciles y el presidente no las tienes. Pero este asunto le preocupa ya de forma prioritaria. Quiso además que por primera se pueda visualizar.

 "Conozco Cataluña, sé lo que pasa, me importa, me preocupo y me ocupo de los problemas de los catalanes", dijo el presidente. "Hay quien gobierna desde la tensión, nosotros no somos así, no buscamos la tensión ni la fractura ni la división de las personas", enfatizó. "Lo primero que quiero decir es que nadie tiene derecho a hablar en nombre de toda Cataluña, y menos que nadie un gobernante que ha decidido ignorar a dos de cada tres catalanes, ése menos que nadie", señaló en referencia a Artur Mas.

Recordó -mostrando la importancia de las estadísticas-, que desde que está en La Moncloa ha estado dieciséis veces en Cataluña, y 117 veces desde que preside el Partido Popular. Mariano Rajoy no quiso hacer sólo reproches a Artur Mas. Mostró su desahogo personal, y su solidaridad con quienes se sienten arrollados desde cualquier posición política.

También mostró al ala derecha de su partido, y a los escépticos sobre su gestión, que no abandonó a su suerte al Partido Popular de Cataluña y menos a su presidenta, Alicia Sánchez-Camacho. Quiso responder así a la dinámica de las encuestas y al ambiente derrotista. Agradeció a Alicia Sánchez-Camacho haber defendido los planteamientos de una "gran mayoría de los catalanes" con "la valentía que otros no han tenido". También aludió a Pablo Iglesias Turrión y a Podemos.

"Son tiempos en los que es muy fácil que prosperen las soluciones fáciles, la demagogia y el populismo", reconoció . Pero a la vez añadió que "nunca nada bueno en la historia ha salido del populismo y el extremismo". También criticó a Pedro Sánchez y al PSOE sobre la reforma constitucional.

"¿Cómo confiar en alguien que dice todo lo contrario dos años después?", se preguntó ante ministros, presidentes de comunidades, y líderes de peso del Partido Popular. Previamente, Alicia Sánchez-Camacho, destacó que el PP "va a demostrar a millones de catalanes que no están solos" y que Mariano Rajoy es "su presidente", además de evidenciar que los que "no han caído en la trampa independentista" del 9-N son "la gran mayoría".

Alicia Sánchez-Camacho recordó que se ha demostrado también "a toda la sociedad catalana que lo que busca el Gobierno y el PP es la concordia, la convivencia y la garantía de la democracia". "Los catalanes tenemos un presidente que se llama Mariano Rajoy, que trabaja siempre para todos, para garantizar la igualdad, las oportunidades, la garantía de los servicios públicos en toda España, que conoce y ama a Cataluña, y del que me siento orgullosa y se sienten orgullosos los 7,5 millones de catalanes", subrayó.

Al igual que en su reciente comparecencia en el Congreso de los Diputados, en el pleno sobre la corrupción política, Mariano Rajoy desplazó la economía al segundo plano. Cataluña y la irrupción de Podemos, y su programa de vuelco económico, están ahora en el primer plano de su agenda política.