A sus 18 años, Carlos Alcaraz ha hecho historia al convertirse en el primer tenista masculino español en conquistar el torneo de Miami. Antes lo había logrado, hace 30 años, Arantxa Sánchez Vicario. Rafa Nadal jugó cinco finales pero no ganó ninguna de ellas.
Alcaraz logró su primer Masters 1.000, al superar en la final (7-5, 6-4) al noruego Casper Ruud, y se convirtió en el campeón más joven de la historia del torneo y un paso más en su prometedora carrera.
El joven tenista español es una realidad que parece no tener freno. La revelación el año pasado de la ATP es el rival a batir en 2022, solo dos partidos perdidos y dos títulos ya después de ganar en Río de Janeiro. El murciano fue de menos a más, aunque no tardó en sacar el nivel espectacular que le hace ser indomable en la pista.
La primera final para ambos de esta categoría pesó algo más de comienzo a Alcaraz, con errores y lejos de su tremenda progresión en el último año. Por contra, Ruud demostró que es otro joven pegador y con calidad, todo un número 7 del mundo a sus 24 años, campeón de cinco torneos en 2021, y que no falló un golpe de inicio.
El noruego rompió y se puso 1-3, pero en el quinto juego ya asomó el talento español. Se le escapó una bola de break y en el siguiente turno de saque del noruego recuperó la desventaja. La final ganó en tenis y en el reparto de golpes salió victorioso un Alcaraz más efectivo que letal, igualmente ganador (7-5).
Venía de victorias épicas, de una semifinal en Indian Wells, y de una serie de recitales que le hacen ya ser el tercer favorito para Roland Garros en las casas de apuestas, pero no necesitó de milagros. Ruud dio un paso atrás, sintió además molestias en la cadera por las que fue tratado, y Alcaraz comenzó el segundo set con un doble break. El noruego aún se resistió a la derrota.
En un largo cuarto juego, el murciano perdió parte de su renta, pero no concedió más, seguro con su saque y sabiendo el golpe que tocaba en cada momento. Alcaraz cerró con un 6-4 su primer Masters 1.000, tercer título, en apenas un año todo, y número 11 del mundo el lunes.
La dedicatoria fue clara. El primer campeón español en Miami se fundió en un abrazo con su entrenador Juan Carlos Ferrero, quien voló este fin de semana por sorpresa a Miami para asistir a la consagración de su pupilo, ausente hasta este domingo por el fallecimiento de su padre.