La Comisión Europea autorizó este martes la compra de Jazztel por Orange tras la imposición de una serie de compromisos para garantizar la entrada de un nuevo operador en el mercado que evite la posible pérdida de competitividad en el sector. A Orange no le va a salir gratis obtener la aprobación para adquirir Jazztel.
En concreto, Bruselas exige a Orange que ceda una red de fibra a este nuevo competidor similar a la que tiene la compañía en la actualidad, que abarca entre 700.000 y 800.000 hogares en 13 municipios urbanos en Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Málaga.
Asimismo, la operadora deberá ofrecer acceso mayorista a su red de ADSL al comprador de la red de fibra durante un periodo de hasta ocho años y a un precio que permita a la nueva compañía "competir con la misma agresividad con la que Orange y Jazztel lo hacen actualmente".
En conjunto, esta oferta permitirá al operador que adquiera la red de fibra "competir inmediatamente en el 78% del territorio español".
La Comisión Europea justifica estas condiciones en las dudas de que la operación pudiera conllevar un incremento de los precios de los servicios de acceso fijo a Internet para los consumidores españoles, al fusionar al tercer y cuarto proveedor de servicios de telecomunicaciones fijas en España.
Además, destaca que Orange y Jazztel son actualmente "importantes competidores" en este sector que han atraído "una mayor proporción de nuevos clientes de lo que cabría esperar a la luz de su cuota de mercado, siendo los dos únicos operadores que a nivel nacional han aumentado significativamente sus cuotas de mercado en los últimos años".
Por esta razón, considera que sin las medidas correctivas impuestas "la fusión de estos dos dinámicos operadores habría reducido significativamente la competencia", ya que la nueva entidad "tendría menos incentivos para competir de manera agresiva", mientras que Telefónica y Vodafone "habrían podido sustituir la presión de la competencia al beneficiarse también de una reducción de la presión sobre los precios".
Asimismo, asevera que habría resultado "muy difícil para los nuevos operadores entrar en el mercado", debido a "las elevadas inversiones necesarias para introducirse en los mercados minoristas que implican servicios de acceso fijo a Internet".