Viktor Orbán, jurista y político húngaro, y actual primer ministro de Hungría -también fue primer ministro en el periodo 1998-2002 y es el actual líder del partido Fidesz-Unión Cívica Húngara– ha desafiado abiertamente a la Comisión Europea y a su presidenta, Ursula von der Leyen.
Vladimir Putin se reunió en Moscú durante cinco horas con el primer ministro húngaro, Viktor Orbán. Un viaje de Orbán de Budapest a Moscú que ha irritado en Bruselas, Y, a la vez, enormemente preocupado.
Hungría no ha expresado claramente en las últimas semanas su apoyo a Ucrania ante la amenaza de Rusia. Las imágenes distribuidas por el Kremlin -que mostraron a ambos líderes tutearse de forma muy cordial- han molestado abiertamente en la Comisión Europea en un momento muy delicado.
Es indudable que urge la mayor cohesión en Unión Europea y OTAN en una crisis crucial Ver a Orbán, que quiere estar en todos los guisos -la derecha liberal, la extrema derecha, y la derecha populista-, en el Kremlin ha supuesto una imagen perturbadora.
Orbán viajó además a Moscú con el único objetivo de amarrar el gas ruso. Se permitió además afirmar lo valioso del módelo húngaro -ser miembro de la OTAN y la Unión Europea, y mantener buenas relaciones con Rusia, basadas en el respeto mutuo"-.
Bajo este cinismo habría que decir que el modelo húngaro se basa simlemente en la firma entre Hungría y Rusia de un contrato con Gazprom de gas hasta 2036.
Putin recordó que este gas "tiene el precio más bajo de toda Europa" llegando por Austria y Serbia, y evitando la amenazada Ucrania.
Hungría fue además el primer país europeo que introdujo la vacuna rusa Sputnik V pese a no estar homologada por la Agencia Europea del Medicamento.
Y Orbán, por último, fue el líder que frustró la cumbre de la Unión Europea con Rusia que Angela Merkel defendió convocar antes de concluir su mandato.
Orbán viajó a Moscú cinco días después de la cumbre de los líderes de la ultraderecha europea en Madrid, Hungría juega la carta del Kremlin y Polonia cierra filas de forma estrecha con Ucrania.
“Mi visita de hoy es, en parte, una misión de paz”, dijo el primer ministro húngaro tuteando a Vladimir Putin.
Orbán no dudó en su momento en criticar las sanciones a personalidades y negocios rusos por la anexión de Crimea y la guerra desatada en el este de Ucrania en 2014.
"La política de sanciones implementada contra Rusia ha hecho más daño a Hungría que a Rusia. Además Rusia ha establecido una sustitución de importaciones en sectores donde solíamos suministrar nuestros bienes", es su tesis. Para Orbán lo verdaderamente decisivo es mantener el 55% del petróleo y el 80% del gas que sesde Rusia llega a Hungría.
Esta es la manera actuar de un hombre de 58 años que no aguarda obviamente memoria de la moderna historia de su país y sus terribles sufrimientos en el siglo XX