La presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, pidió "prudencia" para abordar la reforma de la Constitución.

Hizo su llamamiento en el discurso institucional en el Congreso de los Diputados con motivo del Día de la Constitución, en el que destacó el "amplísimo respaldo" con el que hace 38 años se aprobó y dos más desde que los ciudadanos mostraron su apoyo a la Ley de la Reforma Política, proclamando así que la democracia era "el único sistema posible" para el futuro de España.

Con ello, subrayó, los ciudadanos expresaron su "decidida y mayoritaria voluntad" de iniciar una etapa de libertad, tolerancia y progreso, con la justicia, la igualdad y el pluralismo pol´tiico como valores superiores del ordenamiento jurídico.

Casi al final de su intervención subrayó que la Constitución debe adaptarse a los cambios sociales y ningún orden que aspire a atender las demandas de los ciudadanos puede "anclarse en posturas inmovilistas". Es necesaria la reflexión de todos, aseguró, sobre cómo responder a las necesidades de España durante los próximos cuarenta años y cómo perfilar el futuro común.

El respeto a las leyes y a los procedimientos, advirtió justo después, es la "máxima garantía" para la protección de los derechos y las libertades de los ciudadanos, y por ello cualquier "ajuste" en el marco de convivencia "ha de contar con todos". La Constitución, sentenció, "no se puede modificar al margen de la misma" ni tendría sentido que siendo "la de todos" fuera sustituida por otra "pensada solo por y para algunos".

Ana Pastor agradeció la presencia de quienes asistieron al homenaje a esos valores, algo que no es solo un "gesto de cortesía" sino el reflejo del "compromiso de todos" con la Constitución y con un "sugestivo proyecto de vida en común".

Se remitió a una reflexión del jurista Francisco Martínez Marina en 1813 para subrayar que el protagonismo de todos los ciudadanos en la definición de su destino político es la esencia de la soberanía nacional, y que a través de sus representantes los españoles "se sientan todos los días en las Cortes". La fe en esa fórmula, aseguró, ha coincidido con los periodos de libertad y bienestar, mientras que las crisis del parlamentarismo han conducido a "épocas sombrías" y han allanado el camino a regímenes "que nadie debería volver a padecer".

Ana Pastor alertó de que la preservación de esa democracia representativa requiere diálogo y acuerdo, y los partidos han de ser capaces de mantener una discusión "ordenada y sensata", atendiendo al interés general al negociar sus pretensiones, intentando "construir y no demoler" y aceptando la presencia y la legitimidad de todos, honrando siempre la confianza depositada por los ciudadanos.

Subrayó que la Constitución ha permitido reforzar a una España "unida" en el reconocimiento de la capacidad política de las comunidades autónomas así como la integración en la Unión Europea como uno de los países más desarrollados del mundo, económica y socialmente.

Asimismo, expresó el compromiso de esa España con las vítimas del terrorismo y pidió mantener vivo el espíritu del consenso para seguir profundizando en la garantía de bienestar sobre los principios de solidaridad y responsabilidad intergeneracional, consolidando el sistema público de salud y pensiones, la educación, el compromiso con el medio ambiente, con las personas con diversidad funcional, con los mayores, atajando la violencia de género, protegiendo a la infancia y generando oportunidades para quienes más lo necesitan.

Todo ello, añadió, requiere afianzar el rumbo de un crecimiento económico sostenido que garantice el futuro a los más jóvenes y facilite la tarea a los emprendedores. En ese punto, dijo a los partidos, el diálogo, la altura de miras y el respeto por el pluralismo son los componentes de la fórmula "con la que tanto hemos logrado" y que debe seguir guiando el trabajo parlamentario.

Ana Pastor recordó las palabras del Rey ante la Asamblea General de la ONU y reiteró que la Constitución de 1978 fue el mejor ejemplo de cómo llegar a acuerdos. En una legislatura que requerirá "grandes dosis" de disposición al diálogo, afirmó, hay que saber renunciar "a parte de las propias posiciones" para aglutinar las mayorías necesarias.

Evitar bloqueos, alertó, requiere que esas cesiones no sean vistas como renuncia a las propias ideas ni como incumplimientos, sino como el ejercicio de la política "con realismo y sentido de la responsabilidad". La búsqueda del acuerdo, añadió, debe ser vista como un valor y no ser aprovechada para "deteriorar la fiabilidad y la credibilidad" de los adversarios políticos.

Ana Pastor incidió en la necesidad de que los ciudadanos perciban a las instituciones no como parte del problema sino como parte de la solución.
 

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