Imágenes dantescas de fuego, un cielo rojo, y la lluvia de ceniza. Después de medio siglo de permanecer dormido, violentas y sorpresivas erupciones del volcán Calbuco que pusieron en alerta el sur de Chile y Argentina.
Llamamiento a la calma pero a la vez seria advertencia de Michelle Bachelet con declaración de Estado de Excepción Constitucional en la provincia de Llanquihue y la comuna de Puerto Octay.
Es una pesadilla a mil kilómetros al sur de Santiago. Se ordenó la evacuación de 70.000 personas en toda un área de 20 kilómetros. Se trata de alerta roja que implica peligro máximo y obligación de seguir de forma permanente todas las decisiones y advertencias. Que no falte agua y habilitar albergues para los refugiados es la primera prioridad.
El volcán Calbuco es uno de los tres más peligrosos de los 90 activos que tiene Chile. Permaneció inactivo desde 1972. El ministro del Interior, Rodrigo Peñalillo, dirige las operaciones de evacuación con la movilización de los Carabineros.
Donde se vive este clima de alarma, en Chile, es una región de extraordinaria belleza por estar rodeada de montañas y lagos. Desde el primer momento las imágenes que se suceden son impresionantes. La situación se sigue de forma continua por la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) y el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin).
El Sernageomin, a cargo de la Red Nacional de Vigilancia Volcánica, publicó un Reporte Especial de Actividad Volcánica (REAV) El volcán Calbuco se sitúa en el límite de las comunas de Puerto Varas y Puerto Montt, entre los lagos Llanquihue y Chapo, en la región de Los Lagos, y tiene en su entorno a las localidades de Ensenada, Alerce, Colonia Río Sur, Correntoso y el camino internacional entre Puerto Varas y San Carlos de Bariloche (Argentina).
Si Chile vivió recientemente un infierno de lodo en las inundaciones en el desierto de Atacama (una insólita crisis de lluvias torrenciales por el cambio climático como destacó Hechos de Hoy), se enfrenta ahora a esta crisis imprevista del volcán Calbuco.
