El suero experimental con que se trata al padre Miguel Pajares y a los dos cooperantes estadounidenses infectados por el virus del Ébola consta de tres anticuerpos monoclonales sintetizados en laboratorio de forma artificial, uno de ellos a partir de las hojas del tabaco.
Así lo explicó José Antonio Pérez Molina, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiilogía Clínica (SEIMC). Según indicó, estos anticuerpos se dirigen a partes concretas del virus, de forma similar a las reacciones que se producen en el organismo humano, pero en este caso son fabricados de forma externa.
Pérez Molina quiso incidir no obstante en que hasta la fecha este medicamento se hallaba en fase experimental y solo había sido probado en macacos (estaba a punto de iniciar la experimentación en humanos). En estos últimos sí había resultado eficaz, "pero aún no se puede decir nada sobre su efectividad en humanos", destacó.
A juicio del experto, su empleo con estos tres enfermos "es realmente algo extraordinario", con lo que pese a todo, este fármaco deberá seguir el desarrollo habitual y ser experimentado en humanos antes de poder comercializarse.