Unos interesantes datos que podrían llevar a más estudios sobre el mal de la memoria. Una investigación publicada esta semana en la revista British Medical Journal, sugiere que quizá haya que incrementar las precauciones en el uso de medicamentos para tratar el insomnio o la ansiedad.
Sobre todo después de los resultados que comprobaron que tomar durante más de tres meses benzodiacepinas, medicamentos contra la ansiedad o el insomnio, está relacionado con un incremento de hasta el 51% del riesgo de sufrir el mal de la memoria o lo que es lo mismo, la enfermedad de Alzheimer.
Un equipo de investigadores franceses y canadienses observó durante un periodo de al menos seis años a 1.796 personas con Alzheimer y comparó cada caso con 7.184 personas sanas. De esta manera, vieron que quienes habían tomado benzodiacepinas durante tres meses seguidos o más, tenían un 51% más de riesgo de padecer Alzheimer.
Asimismo, los expertos comprobaron que la fortaleza de esa asociación era mayor cuanto más tiempo se hubiesen tomado los fármacos. Por ello, y según los resultados, el estudio vuelve a dar fuerza a las sospechas de una posible asociación directa entre el uso de estos medicamentos y la demencia “incluso si el uso de benzodiacepinas es un marcador precoz de alguna dolencia asociada a un mayor riesgo de demencia”, comentan.
Los expertos trataron de reducir las posibilidades de que esta relación no se deba a que el fármaco aumenta el riesgo de sufrir la enfermedad sino que se dé el medicamento a personas que tienen síntomas, como el insomnio, propios de las primeras fases del Alzheimer. Para ello, se aseguraron de que los tratamientos con benzodiacepinas comenzasen al menos cinco años antes del diagnóstico de la demencia.
Los autores afirmaron que dichos fármacos tienen un gran valor para el tratamiento de trastornos de ansiedad o del insomnio, pero advierten que deberían emplearse durante periodos que no superen los tres meses. Sin embargo, este estudio da respuesta a los responsable de la salud pública sobre los efectos negativos.
“Para empezar a conocer si las benzodiacepinas causan realmente la demencia y por qué mecanismos, serán necesarios nuevos estudios con animales y cultivos celulares”, explicaron los expertos.
Además aseguran que serán necesarios “ensayos con largos periodos de seguimiento, de hasta 30 años, para saber si también los consumidores más jóvenes de estas pastillas están incrementando su riesgo de sufrir Alzheimer o si el hecho de padecer ansiedad o insomnio son factores de riesgo para la demencia”.