Como todos ya saben, el Real Madrid lo ha vuelto a hacer. Siempre ha sido el rival a batir. Pero este año, se presumía que no iba a ser su año. La marcha de Zidane; la de Cristiano primero y después de Ramos y Varane a buscar equipos más competitivos con los que ganar la Champions de nuevo, o la de la “vejez” de sus estrellas; presagiaba que la temporada no iba da mucho de sí.
Intuyo que el entrenador francés ya no era feliz en ese vestuario y por eso se marchó a “descansar”. A uno de los artífices de la 14, Florentino Pérez, se le ocurrió la idea de recuperar a Carletto (alias, Ancelotti IV) y volverlo a la primera línea del frente. Ahí empezó el Madrid a ganar, en este año de malos augurios.
Se juntaba la renovación de la plantilla con las obras del nuevo Bernabéu. “Haz lo que puedas”, me imagino que le dijo el Presi al Míster. Y cogió, un buen grupo de jugadores y creó el equipo de todos, para todos.
Ese es el secreto de porqué el Madrid ha humillado a los grandes de Europa que venían a España a golear a un equipo de viejas glorias. Saben que, lo he dicho mil veces, el fútbol de ahora está cambiando. Ya no es tan táctico como antes. Ahora se valora la defensa de presión alta. Cuanto más tiempo esté el balón en campo del rival, mejor es nuestra defensa.
Pero, claro, para poder hacer eso durante 90 minutos necesitas unos jugadores con un potencial físico descomunal. Y, para eso, el Madrid fichó a Vinicius Jr. No era bueno, pero corría todo el partido. Ancelotti sabía que no podía competir con los equipos que compran sin mirar lo que cuestan las cosas. Los equipos del PSG, Manchester City y Chelsea son gigantes de poderío físico. No les puedes mostrar batalla, sólo puedes derrotarles con astucia.
Y ahí ganó el Madrid, aunque muchos digan que fue suerte. En todas las eliminatorias hizo correr a los equipos al límite hasta que los fue dejando sin fuerza. No le importó desgastar a Kroos y a Modric si, para ello, agotaba a los rivales. Porque ellos ya tienen dos recambios jóvenes con tres pulmones cada uno: Valverde y Camavinga. La nueva generación. Todos los jugadores en Champions, independientemente del equipo que sean, se dejan la piel.
Esa es la diferencia. Que en el Real Madrid, los jugadores se dejan la piel por los compañeros. Unos tratan de hacer mejores jugadores a los demás. Kroos hace buenos a Modric y a los laterales, Modric hace bueno a Benzema, a Casemiro y a Rodrigo; Casemiro hace buenos a los defensas; Benzema hace buenos a Vinicius, Modric y Kroos. Y así sucesivamente.
Y, si algo falla, la para Courtois. Y esa, amigos, fue el arma empleada por el entrenador con más Champions de la historia y del que soy fan incondicional. Así que, Carletto, vamos #Aporla15.