Panamá vivió durante el mes de julio protestas inéditas en el país. Panamá ha sido visto hasta ahora como un enclave especial entre Costa Rica y Colombia, con la vía excepcional del Canal y cuatro grandes áreas urbanas: Santiago de Veraguas, Ciudad de Panamá. Colón y La Palma.
¿El cambio histórico en Colombia va a suponer la llegada de un nuevo modelo político? Los hechos de hoy en el país están sin duda bajo grandes interrogantes. Panamá no tiene nada que ver con el bloque de Centroamérica y siempre ha vivido alejado de las grandes convulsiones en Colombia en la lucha de poderosas guerrillas. Pero ahora, ¿la victoria de Gustavo Petro podría ser el detonante de debates y cambios? ¿China incluso podría azuzarlos?
Sin duda se ha vivido con alarma el clima de caos agitado por sindicatos comunistas y grupos radicales. Tomaron las calles de las ciudades del país, crearon escenas de caos y llegaron incluso a paralizar la vida económica del país.
Atención a los signos emergentes por la sensación de injusticia y privilegios abusivos en parte de la sociedad. Genera frustración el aumento del costo de la vida, el alto precio de la gasolina y de los alimentos así como de las medicinas. Y crea un total rechazo que la corrupción llegue al nivel de ser obscena e insultante.
Como ha vivido Chile sobre todo, se avanza hacia un escenario peligroso. Los sindicatos de profesores y de la construcción, junto a los grupos indígenas, se han apoderado del descontento (se podría afirmar que lo han secuestrado) deslizándose por una senda revolucionario y extremista.
El presidente Laurentino Cortizo ha frenado precios de la gasolina y ha implementado un plan para subsidiar alimentos y medicinas. ¿Logrará así poner un coto definitivo a las protestas?
En The Wall Street Journal (WSJ), la periodista y fina analista Mary Anastasia O’Grady ha dibujado el escenario de una Panamá avanzando hacia un populismo de extrema izquierda. En el país, los analistas políticos niegan de plano ese escenario de catástrofe.
Obviamente, Panamá es un país dolarizado, con la riqueza, industria única y factor excepcional del Canal. El país atrae a capitales por la condición de paraíso fiscal. Es un país estable y rico con una sólida clase media. Pero de repente ha vivido de manera inesperada el zarpazo del populismo de extrema izquierda.
Hay señales peligrosas de cómo crece con fuerza la frustración con la clase política tradicional. Atención a todo el proceso que se vivió en Venezuela con CAP (Carlos Andrés Pérez) antes de la llegada al poder de Hugo Chávez. Podría ser el escenario inquietante en un mundo de claves geopolíticas mucho más peligrosas como ya se ha descubierto de la forma más amarga y trágica en Ucrania y Taiwán.
