Clima de máxima gravedad en Francia. Nadie oculta -en medios políticos y económicos- que el país avanza hacia el abismo si continua este clima de caos y revuelta.
Cumbre este lunes en El Elíseo de los sindicatos, la patronal, los presidentes de las dos cámaras del Parlamento y líderes políticos y sociales. Emmanuel Macron quiere exponer su plan, escuchar y buscar apoyo. Es una reunión a contrarreloj. El presidente busca su respaldo antes de dirigirse a la nación. Pero el momento es crítico. No se descarta, al final, una crisis, choque y ruptura del presidente con su primer ministro, Édouard Philippe. El futuro de Emmanuel Macron también está en juego.
El ministro de Asuntos Exteriores, Jean-Yves Le Drian, ha declarado sentirse “inquieto” por la democracia y las instituciones francesas. El ministro de Economía, Bruno Le Maire, reconoció el efecto catastrófico de la ola de disturbios. El alcalde de Burdeos y ex primer ministro conservador, Alain Juppé, señaló que su ciudad vivió una devastación sin precedentes. Ha instado al presidente a que hable al país y anuncie “medidas fuertes” y “comprensibles”.
En París, el portavoz del Gobierno, Benjamin Griveaux, admitió los erros y el marco de crisis sin precedentes desde Mayo del 68. "Hemos subestimado la necesidad de nuestros conciudadanos de tomar la palabra, de decir cuáles son sus dificultades y de participar en la construcción de las soluciones”, señaló.
Atención. Si hay una quinta protesta nacional el próximo sábado 15, a menos de diez días de la Navidad, la situación se haría crítica en Francia.
¿Qué ha pasado y que puede pasar?
1. Hay un clima de venganza y hartazgo. Laurent Joffrin, director de Libération. ha advertido de ello.
2. Desagrada el modelo económico y la arrogancia del presidente.
3. En 18 meses, de la admiración pasó al desprecio.
4. A corto plazo, los Gilets Jaunes se han levantado contra el precio del carburante, la supresión parcial del impuesto a las fortunas, y los recortes en los servicios públicos.
5. A largo plazo existe la fractura social sobre la que advirtió el presidente Jacques Chirac en los noventa.
6. No se puede minimizar en estas protestas el sentimiento de odio a Emmanuel Macron (atención en España a un presidente de Gobierno que llegó a La Moncloa sin triunfar en las urnas).
7. Nunca en la V República -nacida en 1958- se había producido un desgaste tan rápido y demoledor de la figura de un presidente.
8. Emmanuel Macron puede convertire en un pato cojo en Francia. y, a la vez, en un líder sin peso en la Unión Europeo y en la proyección mundial del país.
9. Un liderazgo desgastado y cercado en las redes sociales. Despreciado como presidente de los ricos, el líder que abolió el impuesto sobre las fortunas, o el presidente que solo gobierna para las ciudades.
10. El presidente ha ignorado el rechazo a circular por carretera a menos de 80 kilómetros por hora, nueva velocidad máxima impuesta por París.
11. Jérôme Fourquet ha retratado la situación. "Puede que su popularidad sea tan baja como la de sus predecesores, pero no viene del mismo resorte. No dicen nos ha traicionado, o no tiene ni idea. Dicen: ¿Este quién se ha creído que es?”, señala Jérôme Fourquet, director del departamento de opinión del instituto Ifop, sobre el sentimiento de los franceses.
No puede descartarse en París un choque final del presidente con su primer ministro, Édouard Philippe. Hay soledad en El Elíseo. Emmanuel Macron, solo y abandonado por la clase política, los medios, y quizás hasta la primera dama, sorprendida por la falta de reacción y pulso de la persona brillante e inteligente que amaba.