Repsol finalizará en torno al 20 o el 21 de enero los sondeos petrolíferos frente a las costas canarias de Lanzarote y Fuerteventura, una vez se cierre el pozo Sandía, de forma que los resultados sobre el posible hallazgo de crudo en la zona se conocerán entre finales de enero y principios de febrero.

El barco Rowan Renaissance ha alcanzado ya más de 2.900 metros de profundidad en el pozo Sandía, por lo que se prevé que la próxima semana se llegue al objetivo de los 3.100 metros. No obstante, desde Repsol precisaron que no hay un "calendario definitivo" para la finalización de la fase de investigación, que cuenta con un equipo de 200 profesionales y supondrá una inversión de 350 millones de dólares (280 millones de euros), ya que "los ritmos los marca el día a día".

"Lo primero es la seguridad, aquí no importan las fechas", recalcaron las mismas fuentes, quienes explicaron que la primera parte del proceso de investigación fue "más rápida" en la profundidad inicial, ya que a mayor hondura se registran mayores presiones.

En este sentido, explicaron que factores como la propia evolución del proyecto y la climatología determinarán el cierre de esta fase final, tras la que se darán a conocer los resultados sobre el posible hallazgo o no de crudo en la zona entre finales de enero y principios de febrero.

En cualquier caso, esta primera fase de exploración concluirá con una última toma de muestras y el cierre mediante sellados del pozo Sandía, tras lo que, en función de lo que muestren los resultados, la petrolera decidirá si continúan las prospecciones en el área denominada Chirimoya.

Resultados en menos de un mes

Aunque los resultados sobre la posible existencia de petróleo o gas en aguas canarias no se conocerán hasta dentro de tres o cuatro semanas, el buque Rowan Renaissance, cuyo alquiler diario asciende a un millón de dólares (unos 800.000 euros), abandonará su actual localización, y las opciones son que se traslade a Angola para otras exploraciones de la compañía o plantear "si hace algo más en Canarias".

De esta forma, en caso de que hubiese hidrocarburo y "estuviese en condiciones técnicas y económicas para plantear extracción", se iniciaría de nuevo un proceso de solicitud y concesión de permisos que conllevaría aún más tiempo que el requerido para los sondeos, que podría llegar a demorarse incluso hasta el año 2018.

Para la posible siguiente fase, la de desarrollo, Repsol contempla una inversión de 7.000 millones de dólares (más de 5.600 millones de euros), incluyendo el alquiler del barco, y unos costes operativos que rondarían los 5.200 millones de dólares (más de 4.100 millones de euros) durante 20 años de producción, así como entre 3.000 y 5.000 oportunidades de empleo.

Las previsiones de la compañía presidida por Antonio Brufau apuntan a que el hallazgo de crudo frente a las costas canarias, próximo a la zona donde ya trabaja Marruecos, permitiría cubrir en un 10% la demanda energética en un período de entre 10 y 20 años.