Nick Paton Walsh, de la CNN, trazó un escenario inquietante en el este de Europa. En alerta la OTAN y máxima preocupación en la Unión Europea. Alemania y Francia en consultas permanentes.

Rusia no lo ha ocultado. Prepara abiertamente una invasión de Ucrania. ¿Cometerá Vladimir Putin esa locura? Podría tratar de revertir el estancamiento militar en la región separatista de Donbás. De manera descarada ha telegrafiado todos sus movimientos con convoyes blindados que se dirigen a la frontera. Ha concentrado cientos de vehículos cerca de la ciudad rusa de Voronezh. 

La Casa Blanca ha constatado que Rusia tiene ahora más tropas cerca de la frontera con Ucrania que en cualquier otro momento desde 2014, cuando se anexó la península de Crimea. Más al sur, los informes de inteligencia militar han evaluado unas 4.000 fuerzas rusas fuertemente armadas dijo a CNN un funcionario de defensa de Estados Unidos.

El ministro de defensa, Sergei Shoigu, ha anunciado inspecciones rápidas de preparación para el ejército. El enviado del Kremlin al conflicto, el subjefe de la administración presidencial Dmitri Kozak, dijo que Moscú saldría en defensa de la población del este de Ucrania si fuera necesario. Dijo que el comienzo de un conflicto sería el comienzo del fin de Ucrania. 

Por parte de Ucrania, el presidente Volodymyr Zelensky acercó algunas unidades al área de Donbas y realizó un viaje de muy alto perfil a la zona el jueves. La Casa Blanca ha dicho que está"cada vez más preocupada por la reciente escalada de agresiones rusas en el este de Ucrania"y los funcionarios estadounidenses también han insinuado que podrían enviar buques de guerra al Mar Negro, una señal de una mayor participación, a pesar de que los aviones estadounidenses han estado monitoreando regularmente esa área.

Algunos analistas han especulado que Rusia podría inundar las áreas separatistas y las zonas de conflicto adyacentes con una enorme fuerza rusa de mantenimiento de la paz, diseñada para imponer su voluntad y reglas en el área, anexando efectivamente el Donbás.

La segunda opción planteada por los analistas implica la creación de un corredor terrestre entre el separatista Donbas en el este y Crimea, la península anexada al sur de Ucrania.

Una tercera invasión de Ucrania en 2021 también es una apuesta mucho más peligrosa para Putin que la que asumió en 2014-15. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha dejado en claro que ofrecerá un apoyo inquebrantable a Kiev. La mentalidad de Washington está irrevocablemente endurecida ante la idea de que Rusia es una amenaza. Y el líder ucraniano Zelensky, tan inexperto política y militarmente como es, sin duda se beneficiará a nivel nacional al verse arrastrado a un conflicto que no ha iniciado.

Sin embargo, siguen existiendo dos riesgos duraderos y no cuantificables. 

Primero. Putin puede ver, entre todo el caos de las próximas semanas, un momento de oportunidad para atacar. 

Segundo. El peligro inevitable de acumular fuerzas a ambos lados de un frente ya activo. Un error inesperado o un aumento repentino de cualquiera de las partes podría convertirse en una guerra más grande.

Todas las alarmas del Pentágono

Se puede desatar la mayor guerra terrestre en Europa en dos décadas. ¿Ha decidido Vladimir Putin desafiar a Joe Biden y la OTAN en plena crisis mundial aún no cerrada de la COVID-19?

Estados Unidos pidió a Rusia que responda sobre la concentración militar en el este de Ucrania que causa inestabilidad. El Pentágono han calificado el “crecimiento militar” ruso en la región como “el más grande desde 2014”. El Pentágono destacó que muchas naciones han pedido “una explicación”, “recibiendo respuestas débiles sobre entrenamiento o ejercicios”.

El portavoz del Departamento de Defensa de Estados Unidos, el contraalmiranteJohn Kirby, ha pedido a Rusia que responda “al mundo” sobre “lo que están haciendo, con qué fuerzas, con qué capacidades y cuáles son sus intenciones” en el este de Ucrania, donde la “concentración militar solo causa inestabilidad y más inseguridad”.

Kirby, después de numerosas preguntas sobre una concentración de militares rusos en Crimea y a lo largo de la frontera de Rusia con Ucrania, señaló que “estas son excelentes preguntas para hacerle al ministro de Defensa, Sergey Shoygu, en Moscú”.
 

Kirby ha asegurado que no cree que los rusos “hayan sido totalmente transparentes sobre lo que están haciendo” y no ha querido detallar el alcance de la concentración rusa, si bien ha precisado que está en Crimea, todavía parte de Ucrania y a lo largo de la frontera oriental.

Por otro lado, el secretario de Estado, Antony Blinken, ha conversado este viernes con sus homólogos francés y alemán sobre la “importancia de apoyar a Ucrania contra las provocaciones unilaterales rusas a lo largo de la ‘línea de contacto’ en el este del país”.

En llamadas con el alemán Heiko Maas y el francés Jean-Yves Le Drian, Blinken ha ahondado en la “necesidad de que Rusia cese de inmediato su acumulación militar y su retórica incendiaria”.

En las conversaciones se ha hecho hincapié en la necesidad de que ponga fin a “su concentración militar” en la zona, confirmando así su apoyo “inquebrantable a la soberanía e integridad de Ucrania”.

Las autoridades ucranianas han criticado durante los últimos días a Rusia por el despliegue de militares en una zona cercana a la frontera común, lo que ha sido rechazado desde Moscú, que argumenta que puede trasladar a sus militares por su territorio sin cortapisas.

En la zona los conflictos se han mantenido desde hace años por las tensiones entre Ucrania y Rusia. En el caso de Crimea, Rusia se anexionó este territorio durante el conflicto de 2014 con Ucrania antes de que la población decidiera su incorporación en un referéndum mientras que la región de Donbás vive desde hace años un conflicto armado que enfrenta a las tropas del Gobierno ucraniano y a los separatistas prorrusos.

Los Acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política al conflicto, pero no han derivado hasta ahora en el cese de la violencia. Las hostilidades han dejado hasta la fecha al menos 13.000 muertos, según estimaciones de la ONU.