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Agentes de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional detuvieron este martes en Madrid a tres personas de origen marroquí, residentes en España, acusadas de formar parte de un grupo vinculado a la organización terrorista Daesh o Estado Islámico. Los tres islamistas, de entre 26 y 29 años, tenían acceso al mercado de armas y estaban dispuestos a atentar en la capital de España.
Según fuentes de la investigación de las que informó el Ministerio del Interior, los detenidos estaban dispuestos a llevar a cabo, en cualquier momento, actos terroristas como los perpetrados recientemente en otros países de nuestro entorno. La operación, que continúa abierta, ha sido coordinada por el titular del Juzgado Central de Instrucción número 4 y por la Fiscalía de la Audiencia Nacional.
Según informó el Ministerio del Interior, los terroristas estaban "extremadamente radicalizados y habían asumido totalmente la disciplina y el ideario terrorista". Además, contaban con la organización propia de una célula criminal de estas características. Interior destacó que "el operativo policial se ha desarrollado de forma urgente, dado que los integrantes de la célula, individuos muy imprevisibles en sus reacciones, presentaban indicadores de máximo riesgo y se había detectado su voluntad plena de pasar a la acción y llevar a cabo actos terroristas".
El grupo estaba perfectamente organizado y jerarquizado, de forma que cada uno de sus componentes tenía designado un papel determinado. El líder de la célula terrorista desempeñaba labores de captación mediante la difusión de los postulados y mandamientos del Daesh. Este cabecilla de la célula controlaba la evolución de los otros yihadistas y desarrollaba "métodos de formación de disciplina terrorista". Los dos otros integrantes asumían el papel de "actores operativos", es decir, eran los encargados de realizar los actos terroristas.
Acceso al mercado de armas
Según Interior, en el momento de la desarticulación de esta célula terrorista sus miembros se encontraban "plenamente radicalizados y en una fase de total asimilación y compromiso del ideario terrorista, manifestando su plena disposición a cometer un atentado en la ciudad de Madrid".
Uno de los detenidos en esta operación antiterrorista tenía establecida su residencia en el barrio de La Cañada Real Galiana, en la localidad madrileña de Rivas-Vaciamadrid. Este individuo, según las investigaciones policiales, tenía fácil acceso a un mercado ilícito de todo tipo de armas, hecho que agravaba más la situación.
El departamento que dirige Jorge Fernández Díaz resaltó que el uso de Internet y de las redes sociales como medio de información y comunicación "también era una constante en la actividad del grupo y labor principal de los detenidos, con el fin de mantenerse informados de los avances y éxitos de la organización terrorista Daesh, además de obtener por este medio el material para sus actividades de radicalización".
Interior también indicó que esta operación policial es la continuación de una línea de trabajo que la Policía Nacional ha seguido en la lucha contra el yihadismo, acorde a la situación del nivel de alerta terrorista actual -nivel 4 o alto- con una finalidad muy específica de neutralizar todo tipo de amenaza en la seguridad nacional.