Si Mariano Rajoy esperaba una cumbre plácida, la de Valladolid no lo es porque hay ruido de fondo en el partido y dudas sobre la candidatura ante los comicios claves del domingo 25 de mayo. Y se han juntado además las tormentas de Madrid: las dificultades de Ignacio González y el enorme revuelo en torno al relevo de Pedro J. Ramírez en la dirección del diario El Mundo.
El duelo europeo será esta vez un test de enorme importancia para Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba en el que en juego está todo. Si el PSOE (Partido Socialista Obrero Español) pierde pie y no gana, se abrirá un debate aún mayor, un debate en canal. Y Rubalcaba estará bajo la mayor presión en el debate de las primarias. Si por el contrario el PSOE se impone y gana como primera fuerza, en una elección que simboliza muchos casos, se reará una situación política delicada para el presidente del Gobierno y líder del PP (Partido Popular).
Mariano Rajoy sabe mejor que nadie que este test europeo le va a medir personalmente en el liderazgo. Po lo que debe acertar en la candidatura. No es decisión fácil. Rajoy quiso evitar una crisis de Gobierno pero le será muy difícil encajar todas las piezas. En Valladolid, como se señaló a Hechos de Hoy, hay la duda sobre si una candidatura sorpresa (¿Esperanza Aguirre puede ser la tapada?) que permita evitar la crisis de Gobierno, o una doble candidatura, en la que estaría como cabeza de cartel el ministro Miguel Arias Cañete y como número dos María del Mar Blanco, presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo.
En este marco, todos los primeros mensajes en Valladolid, comenzando por María Dolores de Cospedal, números dos del partido. insistieron en la unidad. La renuncia de Jaime Mayor Oreja a ser candidato a los comicios europeos y el plantón (porque no se puede calificar de otra manera) del expresidente de honor, José María Aznar, a acudir a la Convención Política de Valladolid han agitado al partido como no había sucedido desde el triunfo electoral de Mariano Rajoy en las últimas elecciones generales.