Las revelaciones del caso Luxleaks, los pactos fiscales que firmó Luxemburgo con más de 300 multinacionales, abrieron un fuerte debate en el Parlamento Europeo sobre la figura de Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea.
En una declaración sorpresiva se declaro responsable político pero no arquitecto de estos pactos. A la presión que siente desde el primer momento -asunto destacado por Hechos de Hoy– añadió un desafío en toda regla. Anuncio medidas de choque para acabar con el fraude fiscal, la evasión de impuestos y las prácticas depredadoras de los paraísos fiscales.
En el Parlamento Europeo, los grupos socialista y popular mostraron su apoyo aunque le reclamaron que refuerce la lucha contra la evasión fiscal.
El líder del grupo liberal, Guy Verhofstadt -fue muy crítico señalando que hay una "sombra" sobre la nueva Comisión Europea tras el estallido del caso Luxleaks. Izquierda Unitaria y los Verdes también le censuraron pero sólo los euroescépticos del Grupo Europa de la Libertad y la Democracia Directa pidieron abiertamente su dimisión del luxemburgués.
"No es un caso que afecte sólo a Luxemburgo", dijo el presidente de los populares europeos, Manfred Weber. Señaló que trata de casos de "competencia fiscal" y no de vulneración de las reglas. "Confiamos en que el señor Juncker será capaz de resolver los problemas sobre la mesa en nombre de los ciudadanos de Europa", destacó Weber. Por su parte, el portavoz socialista, Gianni Pittella, defendió también que los acuerdos ventajosos con multinacionales "no es un fenómeno que afecte sólo a un Estado miembro, es un fenómeno europeo y mundial".
La portavoz de los Conservadores y Reformistas Europeos -grupo liderado por los tories británicos-, Kay Swinburne, pidió "esperar a los resultados antes de apresurarse a realizar juicios de valor o a llevar a cabo una caza de brujas". La portavoz de Izquierda Unitaria, Gabriele Zimmer, rechazó el intento de Jean-Claude Juncker de desvincularse de su pasado como primer ministro de Luxemburgo. El líder de los Verdes, Philippe Lamberts, exigió que intervenga en la investigación contra Luxemburgo.
Para el portavoz de UKIP, Paul Nuttall, aunque los acuerdos fiscales de Luxemburgo con multinacionales fueran legales, representan una "bancarrota moral". Por su parte, el portavoz del Frente Nacional, Bruno Gollnisch, señaló que no será él el que lance la "primera piedra". "Los que son culpables aquí son los que han votado por la libre circulación de capitales, sin ningún control, en beneficio de las multinacionales", fue su tesis en una sesión intensa.