Enorme revuelo en Francia tras conocer la detención de Nicolas Sarkozy. El expresidente de Francia acudió en la madrugada del martes a la sede de la brigada anticorrupción de la Policía judicial, donde permanece retenido para declarar en el marco de un caso de tráfico de influencias.
Sarkozy llegó a primera hora del martes en un coche negro con los cristales tintados a la sede de la dirección central de la Policía judicial en Nanterre, París. En ese momento, y según comentan medios franceses, los agentes le pusieron en régimen de "garde à vue", una medida inédita para un antiguo mandatario.
Con esta clausula también se encuentra bajo la jurisdicción de la Policía judicial y con asistencia letrada, lo que permite interrogarle hasta 48 horas. Los investigadores intentan determinar si Nicolas Sarkozy su entorno crearon una "red" de informadores que les mantenía al tanto de la evolución de los procesos judiciales que amenazaban al político conservador y jefe del Estado francés entre 2007 y 2012.
Su llegada a la sede policial se produjo un día después del interrogatorio a su abogado, Thierry Herzog, y dos altos magistrados del Tribunal de Casación, Gilbert Azibert y Patrick Sassoust, que siguen en régimen de detención provisional.
De Azibert, cercano al letrado del expresidente, se sospecha que recababa información de consejeros del Tribunal Supremo sobre los avances en la investigación sobre presunta la financiación ilegal de la campaña que llevó a Sarkozy al Palacio del Elíseo. Y según esta teoría el magistrado le prometió como contrapartida que el expresidente le ayudaría a conseguir un puesto en la administración de Mónaco que buscaba.
Asimismo, y en llamado Caso de las escuchas, también se investigan otros asuntos que podrían determinar si Nicolas Sarkozy recibió financiación ilegal para su campaña presidencial de parte de la multimillonaria heredera del grupo de cosméticos L´Oréal, Liliane Bettencourt, y del depuesto dictador libio Muamar el Gadafi.
La investigación policial estaba relacionada con las pesquisas abiertas en abril de 2013 para determinar si parte de la campaña que le llevó al cargo en 2007 fue financiada por el régimen libio. Fueron las escuchas a las que sometieron a Sarkozy, lo que condujo a la apertura de la investigación judicial por los cargos de "violación del secreto del sumario" y de "tráfico de influencias".