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A LOS 70 AÑOS

Muere Niki Lauda, el piloto que no conocía el miedo en la Fórmula 1

Triple campeón del mundo (1975, 1977, 1984), superviviente de un terrible accidente en 1976 en Nürburgring, empresario, luchador y amante de Ibiza, sufrió un trasplante de pulmón y de los dos riñones.

Hechosdehoy / Ep / S. Murphy
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El expiloto austriaco Niki Lauda, tricampeón del mundo de Fórmula 1 y presidente no ejecutivo de la escudería Mercedes, falleció este lunes a los 70 años de edad. "Con profunda tristeza, anunciamos que nuestro amado Niki falleció rodeado del cariño de su familia", señala un comunicado firmado por "La familia Lauda". En la nota se elogian los "logros únicos e inolvidables como deportista y como empresario" y se destaca "su incansable entusiasmo por la acción, su sencillez y su valentía.Un modelo a seguir y un punto de referencia para todos nosotros".

Después de su accidente en Nürburgring de 1976, Lauda siempre tuvo problemas de salud mucho más allá de las quemaduras en su cabeza que tapaba siempre con su gorra.  El pasado mes de agosto se había sometido a un trasplante de pulmón en Viena. Anteriormente, se le habían trasplantado dos riñones, uno a finales de los 90 donado por su hermano Florian, y un segundo en 2005, de su mujer Birgit Wetzinger. Uno de estos riñones comenzó a dar problemas en los últimos meses y Lauda se tenía que someter a diálisis.

A comienzos de mayo fue hospitalizado en una clínica privada en Suiza, pero nadie, ni sus más allegados, contaban con este desenlace tan dramático.

Propietario de una aerolínea, empresario, experto en televisión y desde finales de 2012 en el equipo de supervisión de Mercedes, Niki Lauda era un luchador nato. Siempre recordaba que estaba viviendo su "tercera vida".

Además de sus tres títulos mundiales, en 1975 y 1977 y en 1984, Niki Lauda será recordado por haber sobrevivido al gravísimo accidente en el Gran Premio de Alemania de 1976 cuando peleaba por el Mundial con el británico James Hunt, con el que mantuvo una gran rivalidad.

El accidente que marcó a todos

El 1 de agosto de ese año, en el circuito de Nürburgring y con unas condiciones complicadas, perdió, por culpa de un fallo mecánico, el control de su Ferrari a 240 km/h y se estrelló contra el muro. Su coche se convirtió en una bola de fuego y la situación se agravó cuando el estadounidense Brett Lunger no pudo evitar el impacto. Lauda quedó atrapado entre las llamas, pero Lunger, Harald Ertl, Guy Edwards, y Arturo Merzario lograron rescatarle con graves quemaduras y los pulmones seriamente afectados.

Pese a todo, no sólo fue capaz de superar este percance sino que aún llegó a tiempo de competirle el título a un Hunt que había aprovechado su ausencia para tomar el mando del campeonato con su McLaren. Corrió las tres últimas carreras, pero en la decisiva de Japón, bajo una fuerte lluvia, decidió no arriesgar y retirarse dejando vía libre al británico, al que le unió posteriormente una gran amistad.

De todos modos, su espera no fue demasiado larga y al año siguiente se tomó la revancha conquistando su segundo Mundial con Ferrari por delante de Jody Scheckter y de Mario Andretti. Al año siguiente dejó Ferrari y se puso al volante de un Brabham, dirigido por Bernie Ecclestone, en 1978 y 1979, iniciando después una retirada que sólo duró dos años ya que en 192 volvió a la F1 con McLaren.

El piloto austriaco, concienzudo, metódico, exigente y trabajador, le dio el título al equipo británico en 1984, batiendo por un exiguo medio punto a su compañero, el francés Alain Prost, aunque este ganó más carreras. Un año después corrió por última vez el Mundial antes de poner fin a su carrera deportiva con 25 victorias en 180 Grandes Premios.

Familia numerosa

De todos modos, siguió ligado a la F-1 e incluso fue el que aconsejó a Ferrari que fichase a Michael Schumacher en los 90. Ya en 2012, entró en la escudería Mercedes como accionista y fue nombrado presidente no ejecutivo, puesto en el que había renovado hasta 2020. 

Niki Lauda había nacido en Viena, el 22 de febrero de 1949, y era hijo de una familia acaudalada, propietaria de fábricas de papel. Lauda tenía cinco hijos, dos de su primera mujer, Marlene Knaus, y gemelos con su segunda mujer, Birgit Wetzinger, 30 años más joven que Lauda.

En los años después de su accidente, era muy común encontrarse con Niki Lauda en las noches de verano de Ibiza, siempre con la visera de su gorra roja intentando disimular su rostro desfigurado. Era una persona accesible y jovial mientras paseaba por Las Dalias o cenaba en algún restaurante de la isla. Hasta su operación de pulmón de pasado verano regresaba frecuentemente a Ibiza donde tenía una casa y donde sigue viviendo su primera mujer. 

Se va otra leyenda del deporte. "Uno de los auténticos héroes de nuestro deporte", como recuerda Carlos Sainz en su tuit.

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