“Vamos a recuperar esta patria”, dijo el miércoles 26 el general Juan José Zúñiga ante los medios de comunicación. Lo afirmó mientras un grupo de militares a su ando tomaban la Plaza Murillo en la ciudad de La Paz, la capital administrativa de Bolivia.
Soldados y vehículos blindados se hicieron con el control por unas horas de la emblemática plaza y accedieron al Palacio Quemado, la antigua sede del gobierno, encabezados por el general Zúñiga, en lo que el presidente de Bolivia, Luis Arce, calificó de “intento de golpe de Estado”.
“Aquí están las fuerzas armadas con su pueblo”, dijo el general Zúñiga. “Estamos escuchando el clamor del pueblo. Porque desde hace muchos años, una élite se ha hecho cargo del país. Dueños del Estado, vándalos están en las diferentes estructuras del Estado, destrozando la patria. Las Fuerzas Armadas pretenden reestructurar la democracia”, afirmó.
Todo cambió horas después. Una vez que los militares se retiraron retirado de la Plaza Murillo, Zúñiga acusó a Arce ante las cámaras, mientras se lo llevaban detenido, de haber dado un “autogolpe” para aumentar su popularidad.
¿Intento del golpe de Estado o autogolpe?, el interrogante en los analistas apuntado a Hechos de Hoy en La Paz.
El martes 25, el general Zúñiga fue destituido como jefe del Ejército por sus explosivas declaraciones en televisión, en las que se opuso férreamente a que el expresidente Evo Morales -líder del partido oficialista MAS pero rival político de Arce– sea candidato en las próximas elecciones.
Zúñiga afirmó que estaría dispuesto a detener al expresidente y que el Ejército defendería “a toda costa la Constitución Política y los altos intereses de la patria”. Tras lo sucedido el miércoles en la Plaza Murillo, el presidente Luis Arce se dirigió al país rodeado por su gabinete. “Estamos firmes para enfrentar todo intento golpista”, dijo en un mensaje a la nación.
Imágenes en las redes sociales mostraron a Arce dentro del Palacio Quemado plantando cara a Zúñiga y ordenando el repliegue de los militares.
Juan José Zúñiga Macías fue nombrado comandante general del ejército boliviano en noviembre de 2022 y ratificado en enero de este año por el presidente Luis Arce. Antes de eso, Zúñiga ocupó el puesto de jefe del Estado Mayor. Posee una amplia experiencia militar y es experto en labores de inteligencia. El diario boliviano El Deber lo definió como “el general del pueblo”, por su cercanía con sectores mineros y sindicales. En 2022, el general Zúñiga fue denunciado por Evo Morales como el líder de un grupo dentro del ejército que presuntamente ejercía una “persecución permanente” a dirigentes políticos como él, los “Pachajchos”.
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