El presidente del Gobierno, quien nunca pasea de forma distendida en público fuera de La Moncloa, dio instrucciones a la ministra de Defensa para que el público estuviera especialmente alejado de la zona de autoridades. Buscó además llegar prácticamente de incógnito y abandonar de la misma manera el acto.
Sin embargo, no pudo evitar, lógicamente, que su nombre fuera anunciado por megafonía en el momento de la llegada de las autoridades, Fue el momento de abucheos e insultos, especialmente al final de la Parada Militar.
Gritos de "traidor" y de "dimisión" durante los pitidos, abucheos e insultos. Fue muy llamativo cómo el presidente del Gobierno llegó apenas dos minutos antes de la Familia Real. Incluso rompió los protocolos buscando la cercanía del Rey Felipe VI y de la Reina Letizia pero no pudo evitar los abucheos.
Resultó también sorprendente que el presidente del Gobierno diera la espalda a la presidenta de la Comunidad de Madrid y al alcalde de Madrid. Apenas saludó a Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez Almeida en gesto insólito de menosprecio. Fue directo a hablar solamente con la ministra de Defensa.
A destacar también la ausencia de los presidentes autonómicos de Cataluña, País Vasco, Galicia y Castilla-La Mancha. Por razones de delicadeza, educación y respeto a su país, que es España, no debieron hacerlo. Sin duda, una de las ovaciones más cerradas fue la que recibió -junto al Rey, la Reina y la Princesa Sofía– la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.