Este domingo, en La Sexta, a partir de las 21:25 horas, Salvados viaja a La Palma, tres años después de la erupción que se llevó por delante casas, negocios y cultivos para comprobar de primera mano cómo las heridas que dejó la lava siguen abiertas tanto tiempo después.
Con la tragedia de la DANA del pasado 29 de octubre en plena actualidad, que ha dejado más de 200 fallecidos y zonas enteras arrasadas de Valencia y otros territorios de la comunidad y de regiones como Castilla La Mancha, la pregunta que muchos ciudadanos se hacen es ¿se pudo evitar que la catástrofe adquiriera tal magnitud? ¿Cómo se operó en otras catástrofes?
Mientras las distintas administraciones defienden su actuación y se empieza a hablar de reconstrucción, Salvados se fija en cómo se gestionó otro fenómeno natural, distinto y menos trágico, que afectó a nuestro país: el volcán de La Palma.
Durante aquellos meses cientos de personas vieron cómo sus vidas acabaron sepultadas bajo la lava. El fuego se llevó casas, parques y plazas, colegios. También recuerdos y proyectos enteros de vida. Entonces, las distintas administraciones se comprometieron a una rápida reconstrucción de todo lo que la lava se llevó por delante.
Vecinos que lo perdieron todo reclaman más información
Gonzo recorre la ladera volcánica con Arturo Rodríguez, fotógrafo tinerfeño que captó con su cámara toda la actividad geográfica y humana de aquellos días. Su trabajó dio la vuelta al mundo y le valió premios pero vive con la contradicción de haber fotografiado también el sufrimiento de sus vecinos.
Nemesio Pérez es coordinador científico del Instituto Volcanológico de Canarias. Durante la erupción fue asesor de la dirección del Plan para la Gestión de la Emergencia Volcánica. Gonzo le pregunta por cómo funcionó el sistema de alertas.
Visitamos a Nayra en el contenedor de 50 m2 en el que vive con su marido y sus dos hijos de forma provisional. Y Gonzo recorre la zona que sepultó la lava con José Roberto Nazco, bombero voluntario que trabajó 91 días seguidos, los que duró la erupción.
Joantxo, vecino de La Bombilla, reclama que los afectados tengan la información que ahora no tienen. Por su parte, Juan Vicente, propietario y trabajador de una plantación platanera, reflexiona sobre la dificultad de vivir y domesticar una isla salvaje como La Palma. La lava sepultó no solo la cooperativa que dirigía y su casa, sino todo el barrio en el que se crió.
La visita a la isla acaba con la entrevista a Anselmo Pestana, delegado del Gobierno en Canarias. Defiende la actuación de las administraciones, algo que asegura que los datos corroboran, y destaca que la cooperación entre administraciones, de distinto color político, fue entonces “ejemplar”.
¿Cómo es ver en directo la desaparición de toda una vida? ¿Les prepararon? ¿Las autoridades estuvieron a la altura? Y ahora, pasado todo este tiempo, ¿han podido rehacer su vida?¿Han recibido la ayuda prometida cuando todos estábamos pendientes de lo que destruía el volcán?¿Se pudo haber hecho mejor?